- COME Y AMA, LO DEMÁS YA VENDRÁ -
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10 aperturas de éxito que quieres (y debes) incluir en ...

10 aperturas de éxito que quieres (y debes) incluir en tu lista de propósitos de 2014

Comer & amar en Indonesia – guía de viaje eat&love

Escalar a la cima de un volcán y lanzar un deseo al centro de la Tierra; chuparse los dedos con la salsa de cacahuetes de las brochetas satay; despertar en un barco en medio de la jungla con la llamada de los orangutanes; encontrar al ‘postureta’ que llevas dentro en las tiendas y los restaurantes cool (y foodies, muy foodies) de Ubud y Seminyak; perderse en el misticismo de algún templo perdido de película en Bali; comer un kilo de nasi goreng; soltarse la melena (y lo que haga falta) en Jakarta; recorrer los campos de arrozales de Lombok en moto cantando a grito pelado o nadar en una playa perdida de aguas turquesas. Te invitamos a comer y amar en Indonesia: el paraíso que elegimos para gozar durante 20 días de nuestra fodieemoon y que llevaremos en el corazón hasta los restos. ¿Soñamos?

 

Una playa solitaria en Lombok

17.000 islas, más de 200 dialectos y hasta 5 religiones oficiales conviven en ese batiburrillo de país de ensueño que es Indonesia. Conocerlo puede llevarte toda una vida: por suerte, querido eat&lover, hemos decantado para ti toda su esencia en un viaje de 20 días (puedes ir un poco menos, pero te vas a quedar con ganas de más) en el que vas a comer, ver, salir y amar hasta que tus cinco sentidos se declaren en huelga. La ruta eat&love que te proponemos empieza en Jakarta -la capital loca, fea y caótica de Indonesia- y te llevará a ver templos y volcanes en Java, orangutanes y jungla en la bella Borneo, templos, magia y sitios muy ‘top’ en la imprescindible Bali y calma, playas espectaculares y aventura en la imponente Lombok y relajantes islas tropicales desérticas en Karimunjawa. Flores, Sulawesi, Komodo, Sumatra o las Molucas son otras islas memorables de Indonesia para las que, esta primera vez, no tuvimos tiempo y que te contaremos en el próximo episodio de este sueño con sabor asiático: si tú sí lo tienes, graba sus nombres a fuego en tu memoria, porque merecen la pena. Y ahora sí, te chivamos qué ver, dónde dormir, dónde salir y, obvio, dónde y qué comer en Indonesia (y si te pierdes, te dejamos un supermapa). ¿Preparado para viajar y amar? ; )


Ver&Love

Navegando por la selva de Borneo entre orangutanes en nuestro propio klotok

Navegar y dormir en un barco privado entre los orangutanes de la jungla de Borneo

Imagínate que desapareces (casi, casi) del mundo civilizado. Que, durante 72h, todo tu universo es la cubierta de un pequeño barco bamboleante con una cama con su mosquitera, dos hamacas y una mesa como única decoración. Que cenas bajo la luz de las luciérnagas las delicias indonesias que cocina el chef de a bordo con el producto fresco del día. Que te despiertas con el grito de guerra del gran orangután al amanecer. Todo esto es sólo una pequeña parte de lo que puedes llegar a vivir en esta experiencia memorable navegando en un klotok (embarcación típica dela zona) a través de la jungla de Borneo en Kalimantán (parte indonesia de Borneo) uno de los últimos hábitats de los orangutanes en el mundo (muy amenazado por la deforestación y por las plantaciones de aceite de palma). La experiencia (en el parque natural Tanjung Puting) es cara, pero la recordarás siempre (unos 350 € por el barco por dos noches, te recomendamos que escribas a través de este correo al estupendo capitán de nuestro barco, Edy, para organizar tu viaje desde Pangkalan Bum -puedes llegar en avión desde Jakarta-). ¡Ah! Las vistas de orangutanes están casi garantizadas en los distintos campamentos de conservación y rehabilitación en los que los alimentan. Y, si no, quizás veas por el camino cocodrilos, tarántulas, monos narigudos, gibones … la jungla siempre tiene un as bajo la manga ; )

 

En lo más alto del templo de Borobudur

Visitar los templos milenarios de Borubudur y Prambanan en Java

Todo viaje tiene su “cuota cultureta” mínima a cubrir y la de Indonesia son los espectaculares templos milenarios de Borubudur y Prambanan, en Java (a un paso de Yogyakarta, la capital cultural de Java). Utilizando Yogyakarta como campo base podrás visitarlos fácilmente en uno o dos días. El templo budista de Borobudur merece una visita al amanecer (lo que hace casi todo el mundo) o -mejor aún-, al atardecer: contemplar la puesta de sol en compañía de apenas un puñado de turistas entre sus mágicas ruinas no tiene precio (ojo, que el ‘Sunset ticket’ es diferente al habitual). Prambanan (un conjunto de templos hinduistas al este de Yogyakarta) es igualmente espectacular.

 

Viendo el amanecer en el volcán Bromo (Java): aunque lo parezca no es una pintura

Ascender a un volcán y escuchar el rugido de las entrañas de la tierra

En tu lista de “cosas que hacer antes de morir” seguro que está asomarse al cráter de un volcán activo. Pues bien, en Indonesia tienes una oportunidad de oro (o, más bien, de fuego): sus islas están plagadas de volcanes. Las opciones son muchas (no todas aptas para todos los públicos), pero si tienes que elegir una nosotros te recomendamos que subas al monte Bromo, en Java. Tienes que tener muchas ganas de ver el volcán, porque llegar hasta allí desde Yogyakarta es una paliza épica (la mejor opción es pillar tren hasta Probolinggo y luego coche con conductor o bus: ni se te ocurra coger bus desde Yogyakarta porque te pasarás entre 15 y 20 horas en la carretera), pero aún así merece la pena. Allí podrás subirte a un jeep a primera hora de la mañana desde uno de los hoteles -todos con sobreprecio- de Cemorolawang (que no se te peguen las sábanas: hay que estar en pie a las 3:30) y subir hasta el borde del cráter que delimita una antigua caldera volcánica cubierta de arena y punteada con conos volcánicos más recientes y pequeños para ver uno de los amaneceres más espectaculares e irreales del mundo (¿la foto de arriba parece como “pintada”? Te prometemos que Photoshop no ha tenido nada que ver) . Después puedes bajar hasta el mar de arena para iniciar el ascenso a pie al cono más activo: desde su borde verás vapores sulfurosos asomar por la caldera del volcán y escucharás el imponente rugido de las entrañas de la tierra. Los pelos de punta.

Otros volcanes interesantes son el Ijen (al este de Java y perfecto para visitar si te diriges a Bali por carretera), en el que podrás bajar hasta la caldera y descubrir el duro trabajo de los mineros de azufre; el Rinjani, en Lombok que preside la isla desde las alturas y que requiere una dura caminata de 3 días para subir y bajar de su cima y admirar el lago de su cráter; y el Batur, en Bali, con una ascensión sencilla apta para mortales de a pie, como nosotros.

Arrozales de un verde imposible en el corazón de Bali

Enamorarse de Ubud (Bali), su exuberante vegetación y el misticismo de sus templos

¡Ah, Bali! Cuando organizamos nuestra foodiemoon tuvimos muchas dudas sobre qué hacer con la más famosa de las islas indonesias, la única de religión hindú. Mucha gente suele advertir de que es una trampa turística a evitar. Otros, como el hermano de Susi y fotográfo de viajes, Javi Sánchez (puedes cotillear sus preciosas fotos de Indonesia aquí), que sería pecado capital no dedicarle al menos cuatro o cinco días. Al final le hicimos caso a Javi: suerte la nuestra. Volvimos enamorados de Bali, hipnotizados con el misticismo de los cientos de pequeños y grandes templos que salpican su geografía (algunos puedes visitarlos casi en solitario); su cultura milenaria completamente viva que sorprende en cada rincón y lo empapa todo; su naturaleza extravagante y salvaje como pocas; su pasión por el diseño; sus opciones de turismo alternativo ‘millenial-style‘ (preciosas cabañas eco en los arrozales de Ubud, camping sostenible y ‘chic’…) y, cómo no, sus fenomenales restaurantes. Si vas sólo unos días, reserva al menos tres para Ubud, la capital espiritual de Bali (no hace falta que te quedes en la ciudad, puedes hacerlo en sus espectaculares alrededores, repletos de verdes arrozales). Esta zona de Bali es, muy posiblemente, uno de los lugares más mágicos de Asia en los que hemos estado. Entre las visitas imprescindibles en Ubud, además de pasear por las animadas calles del centro alrededor del palacio real, nosotros te recomendamos el Monkey Forest (una jungla urbana poblada por miles de monos en libertad: ¡alucinarás!), el paseo por Campuhan Ridge, los famosos arrozales de Tegalalang, situados al norte de la ciudad, el templo de Goah Gaja (templo espectacular que cuenta con una cueva a la que se entra a través de una imponente boca tallada) y el de Yeh Pulu (pequeño templo poco visitado escondido en un auténtico remanso de paz, con paredes de roca talladas con figuras de la mitología hindú).

¡Ah! Y no dejes de visitar algún templo de Ubud para ver uno de sus hipnóticos espectáculos tradicionales de Kecak (la famosa danza del fuego): ¡te encantará!

 

De relax en nuestra villa de Seminyak (Bali)

Convertirse en un urbanita chic en las zonas más cool de Bali (Seminyak y Canggu)

No te vamos a decir que el sur de Bali no es turístico, porque sí que lo es. Y aún así, estaos convencidos de que si eres un eat&lover, lo vas a adorar tanto como nosotros lo hicimos. Claro que, antes de nada, debes saber a dónde ir (o, más bien, de dónde huir cual alma que lleva el diablo). Kuta es el paraíso de los guiris borrachos, algo así como Magaluf en versión balinesa: aléjate de aquí. Seminyak, sin embargo, es un pequeño reducto urbanita divertido, actual y lleno de locales que harán las delicias de los disfrutones. Si quieres vivir una faceta de Asia más chic, pero igualmente auténtica; si eres un amante de las tiendas chulas, las galerías de arte, los restaurantes originales y los hoteles boutique, este es tu sitio. En Seminyak conviven en un equilibrio casi perfecto ese sabor de la Asia caótica, espontánea y genuina con el gusto por el diseño, la moda y la gastronomía (te van a salir canas decidiendo en cuál de sus mil restaurantes molones cenar: te ayudamos a hacerlo más abajo). Aquí el plan es sencillo: ir de compras (los precios, ojo, no son los del resto de Asia), comer (y amar), ver el atardecer en algún beachclub con un cóctel en la mano y alargar la fiesta hasta altas horas de la noche en alguna de sus bonitas discotecas (tienes más detalles en la sección ‘Salir&Love’). Otra opción es escaparse al Brooklyn balinés: Canggu, repleto de cafés orgánicos, restaurantes ecológicos, bares con música en directo y tiendas alternativas y poblada por skaters, surfers y toda clase de hispters. Además, puedes complementarlo con un poquito de playa y surf: las mejores están en sur, en la península de Uluwatu y la isla de Nusa Lembogan (échale un ojo al mapa de abajo para localizarlas), aunque te advertimos: en contra de lo que puedas creer, las playas de Bali no son nada del otro mundo.

 

El templo madre de Bali: Purah Besakih

Descubrir la Bali secreta en moto (y sobrevivir en el intento)

Alquilar una moto (puedes hacerlo por apenas 5€ al día) y recorrerse la isla es imprescindible y una experiencia que recordarás toda la vida (si sobrevives a las masivas aglomeraciones de tráfico del sur de la isla: ¡prepárate para conducir por las aceras!). Aquí hay dos opciones: elegir un campamento base como Ubud y hacer excursiones de un día o hacerte un tour por etapas a lo largo de la isla. Saliendo desde Ubud, merece la pena escaparse con la motorino a visitar templos como Tirta Empul (con un manantial sagrado y piscinas ceremoniales en las que podrás purificarte con el resto de los fieles) o Gunung Kawi (un impresionante complejo de templos en un desfiladero, repleto de enormes figuras talladas en roca viva). Con tiempo, podrás llegar hasta el templo madre de Bali, Pura Besakih, situado a los pies del volcán en activo Gunung Agung o a Penelokan para ver las increíbles vistas del volcán Batur y sus ríos de lava petrificados. Otro rinconcito imprescindible que se puede visitar desde Ubud (más al oeste) es Pura Ulun Danu Bratan, el templo al borde un lago que seguramente se lleve la palma al más instagramizable de la isla. De camino a él puedes parar en los arrozales en terraza de Jatiluwih, para muchos más chulos (y menos concurridos) que los de Tegalalang.

Ya si cuentas con varios días puedes hacer una ruta por etapas, hacia el oeste de Bali -comenzando por el turistizado templo al borde del mar de Tanah Lot y continuando hacia tierras más remotas repletas de naturaleza semivirgen y templos solitarios-, por las agrestes playas volcánicas del norte, o por la pintoresca zona este de la isla, plagada de puntos de submarinismo ideales.


La playa Heaven Beach en Lombok enterita para nosotros

Explora las impresionantes playas vírgenes de Lombok en moto

Muchos dicen de Lombok que es el nuevo Bali. Nosotros creemos que cada isla es especial, única e incomparable. Bali tiene su peculiar y extraordinaria cultura hindú (que no encontrarás en Lombok) y su vegetación exuberante y Lombok unas playas vírgenes de infarto que ganan por goleada a las balinesas, unas gentes maravillosas (las sonrisas de esos niños que casi se tiran a la carretera al verte pasar en moto no se olvidan fácilmente) y unos paisajes que cortan el aliento. Merece la pena pasar al menos cuatro días en esta isla aún apenas conquistada por el turismo (nosotros, que pasamos tres en las islas Gili, nos arrepentimos mucho de no habérselos dado a Lombok). Entre las experiencias imprescindibles en Lombok nosotros te recomendamos ascender al volcán Rinjani (solo si estás en forma), bañarte en cascadas tropicales espectaculares como las de Sindang Gila y Tiu Kelep y, sobre todo, perderte a los mandos de una scooter para descubrir playas impresionantes y vírgenes a lo largo de su costa sur. Utilizando el pueblo de Kuta como base, tienes que visitar sí o sí las playazas de Selong Benalak, Tanjung Aan y Mawun, todas de aguas cristalinas y arena blanca. Y, si tienes sed de aventuras, puedes quemar carretera hasta llegar al lejano sureoeste o sureste (donde hay playas realmente desérticas como Heaven Beach, Sungkun y Kura-Kura o, más lejos aún, la que dicen que es una playa de arena rosa: Pink Beach).

 

La piña más instagramizable del mundo

Piérdete en una isla desierta

¿Cuántas veces al año matarías por dejarlo todo y escaparte a una isla desierta: sin clientes, sin jefe, sin e-mails, sin absolutamente nada más que hacer que gozar del sol en tu piel, un libro y el ulular de las palmeras? En Indonesia vas a poder hacer tu sueño realidad. Nosotros te recomendamos que evites las famosas y súperturistizadas islas Gili (a no ser que lo que vayas buscando sea una buena fiesta): estuvimos tres días en Gili Meno y fue una experiencia de la que nos hemos arrepentido un poco. A pesar de su fama y de que te lo pasarás bien haciendo snorkel y persiguiendo tortugas, las islas no son especialmente bonitas (en Meno, por ejemplo, hay mucha suciedad y la vegetación es casi inexistente y muy seca-: si por ejemplo has estado en Tailandia en las islas de la zona de Krabi, Ko Phangan o Ko Tao las Gili te van a saber a muy poco). Si lo que buscas son islas que quiten el aliento, nosotros te recomendamos que optes por otras alternativas que te van a enamorar más: como las islas Karimunjawa (en el norte de Java). Estas sí son un auténtico paraíso tropical poco explotado, repletas de palmeras y vegetación exuberante y de playas con arena blanca y aguas cristalinas. Son fácilmente accesibles en ferry desde la principal isla de Indonesia.


Comer&Love

Enganchados a los satay con salsa de cacahuete… ¡ñam!

Foodie empedernido, encomiéndate a todos los dioses antes de viajar a Indonesia, porque vas a necesitar su protección para no perder la cabeza (o el estómago) en la aventura gastro que te espera. Tanto si viajas en plan mochilero, como si lo haces en plan postureta o si, como nosotros, te gusta jugar a ser las dos cosas -cual Jekyll y Mr. Hyde- en Indonesia vas a gozar de lo lindo comiendo y amando. En míticos puestos de street food, en un tradicional warung (taberna típica, barata y familiar) o en alguno de los restaurantes molonguis de Bali, meca foodie del país (y lo decimos en serio, ya sabes que no nos dejamos comprar por una cara -o una ‘deco’- bonita), las opciones para comer en Indonesia son infinitas.

“¿Y qué voy a comer?”, te están preguntando ya tus tripas. La cocina indonesia es mucho más variada de lo que el común de los mortales cree y esconde platazos fetén que van a conquistar tu paladar sí o sí. Los básicos para ser digno del título de eat&lover son el nasi goreng (arroz –nasi– frito con pollo, verduras y salsa de soja) y su hermano el mie goreng (se mantiene la palabra goreng, que significa frito, y se sustituye el arroz por noodles con verduritas y carne); el nasi kampur (el plato combinado con arroz preferido de los indonesios que lleva prácticamente de todo). el pollo frito o ayam goreng (adobado normalmente con ajo, laurel, cúrcuma, lemongrass, tamarindo y galanga); los sate o satay (brochetas de carne a la brasa preparadas normalmente con una salsa de cacahuete que te va a despertar con su recuerdo en sueños durante años); el gado-gado (la curiosa ensalada nacional que combina brotes de soja, judías verdes, tofu, col, huevos y patatas, chips de gambas y la misma y viciosa salsa de cacahuete); y, para acompañar, los ricos sambal caseros (salsas picantes con chiles, tamarindo, ajo, tomates, pasta de camarón, mango, lima…).

A todos estos hits tan básicos de la cocina indonesia como la paella y las croquetas de la española se unen las delicias locales de cada isla (como por ejemplo el famoso babi guling, cochinillo especiado y asado típico de Bali, donde hay pocos musulmanes). De entre todas a nosotros nos ha conquistado una que -suerte la tuya- preparan de vicio en el restaurante Tuk Tuk, en Madrid: el rendang, preparado con ternera hervida en leche de coco con especias (jengibre, galanga, cúrcuma, hierba limón y chiles). Un plato picantito y espectacular tradicional de Sumatra (es uno de los sabores icónicos de los minangkabau) pero que encontrarás en cualquier zona del país.

¿Y de postre? El dulce no es el punto fuerte de la cocina indonesia, sin embargo, su plátano frito o pisang goreng (que puedes remojar a placer en siropes y salsas de chocolate) crea auténticos adictos.

Y ahora que ya estás babeando te contamos con “noodles y señales” cuáles son algunos de los sitios más especiales que tienes que fichar para comer y amar en Indonesia. ¡Toma nota!

 

– Comer & amar en Java –

Cafe Batavia (Jakarta, Java)

Moverte por la megalópolis de Jakarta es una locura y casi te recomendamos que te limites a descubrirla si tienes mucho tiempo o si quieres sumergirte en su ambiente nocturno. Si aún así te decides y quieres vivir una experiencia auténtica descubriendo reminiscencias de su pasado holandés y a la vez disfrutar de un buen restaurante puedes pasarte por el Cafe Batavia, lugar emblemático situado en un edificio colonial de 200 años de antigüedad y con decoración de los años 30 en el que ofrecen servicio de cafetería y una carta con buenos platos indonesios y asiáticos variados.

Precio medio: 12 € / pp.

Pintu Besar Utara 14, Jakarta

 

The House of Sate (Yogyakarta, Java)

Después de patearte las infinitas calles de Yogyakarta agradecerás poder cenar en un sitio tan agradable como The House of Sate, un restaurante bien decorado con aires hipster europeos, pero nada caro, situado en la calle Prawirotaman (cogollín mochilero más animado in town) y especializado en las típicas brochetas a la brasa o sate indonesias que podrás pedir de pollo, ternera, gambas… o en versión vegetariana con un delicioso tempeh y acompañadas de una salsa de cacahuete que está de auténtico vicio. Ojo, que aquí también tienen un estupendo rendang de ternera.

Precio medio: 6 € / pp.

Prawirotaman, 27, Yogjakarta

 

Bu Ageng (Yogyakarta, Java)

Si no te apetece probar la estupenda cocina mediterránea y francesa de Kamil en el restaurante Mediterránea (quizás el mejor de Yogyakarta) y quieres algo más local, justo enfrente tienes la opción ideal: Bu Ageng. Este warung acogedor y cuidado, orientado a un público foodie local y extranjero, se enorgullece de utilizar materias primas totalmente naturales y se especializa en recuperar platos tradicionales javaneses más minoritarios. Su plato estrella es el Eyem Penggeng preparado con pollo de corral adobado con mil especias distintas y cocinado en leche de coco.

Precio medio: 6 € / pp.

Tirtodipuran, 13, Yogjakarta

 

– Comer & amar en Ubud (Bali) –

Locavore (Ubud, Bali)

La pasión por la cocina de Kilómetro 0 y los ingredientes frescos y estacionales, al estilo de la nueva cocina nórdica, ha llegado con fuerza también a Bali, y quizás Locavore es el mejor ejemplo. Fundado por los chefs Eelke Plasmeijer y Ray Adriansyah y considerado por mucho el mejor restaurante de la Bali, conseguir mesa puede ser casi una odisea. Si lo logras (nosotros no tuvimos la suerte, ¡snif!), podrás disfrutar de pescados, carnes y vegetales de la zona elaborados con técnicas y métodos de la cocina contemporánea europea por un equipo joven y muy entusiasta.

Precio medio: 75 € / pp. (menú degustación).

Dewisita 10, Ubud

 

Nusantara (Ubud, Bali)

Si te quedas sin sitio en Locavore puedes pasarte por Nusantara, el nuevo proyecto de sus responsables. Aquí se mantiene la apuesta por los productos frescos y locales, pero pasan a plantear una cocina basada en la recuperación de recetas regionales tradicionales de muchos puntos del país. En un espacio igualmente moderno y acogedor, podrás descubrir versiones refinadas de platos como el kalio kambing (pata de cabra asada con pasta de especias kalio y leche de coco, típica de Sumatra), ayam lengkuas (pollo marinado y frito cocinado con cúrcuma y galanga crujiente, típico de Yogyakarta) o pepes inkan cemagi (pargo ahumado marinado con mezcla de especias balinesas, lemongrass y lima kaffir y cocinado envuelto en hoja de banana, típico de Bali).

Precio medio: 20 € / pp.

Dewisita, Ubud

 

The Sayan House (Ubud, Bali)

En Bali también hay sitio para restaurantes fusión internacionales muy interesantes, como The Sayan House. Aquí también acompaña un espacio espectacular, rodeado de exuberante vegetación y colgado frente a una garganta de un río cercano a Ubud, en el que la tenue iluminación nocturna y su comedor semiabierto construido en madera te enamorará. Para comer, una cocina divertida y sencilla que mezcla ingredientes y recetas japonesas y mexicanas (un poco como el Peyote San de Madrid, pero en rico) en platos tan interesantes como sus tacos de sashimi, sus gunkan de salmón con guacamole y jalapeños o sus costillas de cerdo con salsa BBQ chipotle y arroz oriental.

Precio medio: 20 € / pp.

Raya Sayan 70, Ubud

 

Una comida en el restuarante Kaum / Foto: Kaum

-Comer & amar en Seminyak (Bali)-

Seminyak es quizás el área de Bali más pijilla. En ella encontrarás restaurantes de nivelazo, entre los que habrá propuestas indonesias, internacionales y asiáticas.

 

Chandi (Seminyak, Bali)

Chandi es una de las mejores opciones para disfrutar de un sitio clásico y más formal con mesas con mantel, velas, luces tenues y toques asiáticos, perfecto para una cena parejil de aires románticos en el que probar platazos de distintos países de Asia y, especialmente, de Bali, con toques creativos y presentaciones que quitan el hipo. Entre ellos, encontrarás dumplings y dimsums variados, sates de pescado y marisco, calamares a la brasa con lemongrass… y, entre lo más recomendable, un delicioso pato asado a la balinesa con mezcla de especias betutu.

Precio medio: 20 € / pp.

Kayu Aya 72, Seminyak

 

Mama San (Kerobokan, Bali)

Si la fusión de sabores asiáticos sigue siendo lo tuyo pero buscar un ambiente más industrial y neoyorkino, vas a flipar con Mama San, sin duda el restaurante más espectacular que visitamos en todo el viaje. En un enorme espacio estilo loft, decorado con cemento visto y grandes pinturas murales, podrás probar una de las mejores cocinas panasiáticas que hemos catado hasta el momento de la mano del chef Will Meyrick, que se inspira en las cocinas callejeras de China, Singapur, India, Tailandia o la propia Indonesia para dar forma a una carta con raíces auténticas y aires creativos. Sus dimsums son simplemente espectaculares, pero otros platos como el pork belly asado al estilo chino con soja amarilla, lima kaffir y chilli dulce vietnamita, el curry massaman o las gambas salteadas con pimienta negra, maíz baby, chalotas y albahaca thai no se quedan atrás.

Precio: 30 € / pp.

Raya Kerobokan, 135, Seminyak

 

Kaum (Seminyak, Bali)

Si quieres sacar a lucir palmito a tu faceta postureta, el Potato Head es tu spot. Un inmenso club de playa, de súper moda en Seminyak, perfecto para comenzar la fiesta a base de cocktails y buena música (organizan conciertos y festivales de primera línea mundial). En el primer piso del edificio y con vistas a la playa encontraréis el restaurante Kaum, uno de los más innovadores de Bali en estos momentos. Su propuesta se centra en la cocina indonesia tradicional revisitada. Para diseñar la carta han realizado una increíble labor de investigación etnográfica, recorriendo zonas recónditas del país y entablando relación con distintas tribus indígenas para encontrar métodos de cocina tradicionales y desconocidos, ingredientes exóticos y sabores reales que traer a sus restaurantes a través de un compromiso con los alimentos producidos de forma sostenible por pequeños productores. Entre las propuestas, clásicos depurados como el mítico gado-gado, el rendang de ternera, y muchos otros platos desconocidos para la mayoría de los mortales.

Precio medio: 20 € / pp.

Petitenget 51, Seminyak

 

– Comer & amar en Lombok –

Kemangi (Kuta, Lombok)

Kuta es el epicentro mochilero y surfero de Lombok. Hasta el momento la mayor parte de su oferta se reducía a cafés y warungs cutrillos muy orientados al turista mochilero, pero poco a poco empiezan a surgir alternativas un poco más cuidadas, como Kemangi. En un local con un interiorismo precioso y una bonita terraza podrás elegir entre platos más occidentales y especialidades locales como su mahi-mahi curado con salsa cítrica o su ternera asada al estilo de Sumbawa con ensalada de coco rallado, así como beberte un riquísimo cóctel.

Precio medio: 12 € / pp.
Dirección: Pariwisata Pantai Kuta

 


Salir&Love

¡Viva la Bintang!

Indonesia es el país musulmán más grande del mundo, pero tranquilo, al contrario de lo que nos pasó en Kerala, aquí hay mucho más jolgorio y bebercio del que puedas pensar. Todo dependerá, básicamente, de dónde estés. En Sumatra, donde hay una interpretación bastante rígida del Islam, te expones a que te miren con mal por abrir una lata de cerveza. En Bali, de religión hindú, el alcohol y la jarana corren que da gusto (y no sólo entre los guiris: vas a ver a muchos balineses dándolo todo). Además, Jakarta es una importante capital mundial de la fiesta. A pesar de ser enorme, caótica y poco recomendable para una visita turística al uso, es un auténtico paraíso para los amantes de la vida nocturna.

Si para ti el día empieza cuando car el sol o si, simplemente, quieres salir a mover un poco las caderas y regalarte unos copazos, porque tú lo vales, aquí te proponemos algunos planes nocturnos por zonas en Indonesia:

 

Desmelenarse con la fiesta loca de Jakarta

Dicen quiénes han estado en Jakarta que por ahí no merece la pena pararse ni a hacerse un selfie. La capital de Indonesia tiene fama de ser una ciudad fea y, por eso, la mayoría de los turistas salen de allí por patas según aterrizan en el aeropuerto. Como nosotros tampoco nos quedamos, no podemos opinar: lo que sí tenemos claro es que, si eres un animal nocturno, deberías pararte un segundo antes de dejar pasar la oportunidad de vivir una noche memorable en una ciudad famosa en todo el mundo por sus despiporres nocturnos. Y es que a pesar de ser la capital del mayor país musulmán del mundo, Jakarta siempre bulle de animación y ambiente y para muchos es la ciudad más divertida de Asia (sí, por encima de Bangkok o Hanoi). Después de cenar puedes pasarte por algunos de sus rooftop (Cloud y Skye son los más famosos) para ver las vistas de la city desde lo más alto con una copa en la mano. Pero lo bueno viene a partir de la 1, momento de ir a las discotecas. El ambiente se divide en tres áreas: norte, centro y sur. El norte es lo más desfasado (tecno, clubes de strip-tease, drogas…) y el sur más tranquilo, pero el mejor ambiente está en el centro. Aquí podrás encontrar discotecas con ambientazo (como X2, Immigrant, Dragonfly, Blowfish…) en las que pasar una noche épica.

 

De la playa a la discoteca en Seminyak y Kuta

Seminyak y Kuta están pegadas y son igualmente turísticas, pero mientras la primera es una pequeña meca foodie y del diseño contemporáneo, la segunda es algo así como Magaluf en versión balinesa. Aún así, la fiesta ahí también merece la pena. Lo mejor es empezar por alguno de los clubes de playa de Seminyak, como el súper popular Potato Head o el KU DE TA, mientras escuchas electrónica y te tomas un mojito acompañado de la puesta de sol. Después llega el momento de moverte a alguna discoteca. En Seminyak te recomendamos La Favela (con música pachanguera internacional y una espectacular decoración tropical). Y si ya quieres más tralla, puedes moverte a Kuta para visitar Sky Garden (uno de los clubes más famosos de la isla).

 

La Brisa, un lugar genial para ver la puesta de sol con un cóctel en la mano, en Echo Beach (Canggu)

Rollito hippie-chic en Canggu

Si buscas un rollo más relajado y chill-out, con ambiente hippy-hipster, Canggu es tu sitio. Para empezar la noche, elige entre La Laguna (un bar al borde de una laguna construido con bambú y madera y decorado de forma espectacular con rincones chill-out, luces tenues… o La Brisa, un relajado beach club en la playa de Echo Beach decorado a la última moda en un rollito casual marinero que te encantará (merece mucho la pena pasarse por el día a ver la puesta de sol frente al mar tumbado a la bartola en una de sus hamacas con un cóctel en la mano). Puedes continuar en Gimme Shelter con rock and roll en directo o en Sandbar si quieres alargar la fiesta hasta las tantas.

 

Despiporre en las islas Gili

La mayor de las minúsculas y semidesérticas islas Gili, Trawangan, es famosa más que nada por sus fiestas épicas que duran hasta el amanecer. Si buscas un paraíso playero, nosotros no te recomendamos ninguna de las Gili (son caras, solo hay turistas y como islas tropicales no son especialmente bonitas), pero si lo que quieres es pegarte un par de días de desfase en la playa rodeado de veinteañeros vas a gozar seguro.


Dormir&Love

Dusun Jogja Village Inn (Yogyakarta, Java)

Dusun Jogja Village Inn es quizás el hotel más encantador del centro de Yogyakarta. Con una piscina central rodeada de exuberante vegetación, habitaciones decoradas al estilo tradicional y mucho cuidado por los pequeños detalles, pocos lugares encontrarás con una atmósfera tan romántica y relajada a un precio tan asequible. Precio: desde 50 € / noche la habitación doble

RESERVAR EN DUSUN JOGJA VILLAGE

 

Hi! Villa Soobali en Seminyak

Hi Villa Soobali: retiro instagramizable para dos

Si quieres quedarte en el sur de Bali a disfrutar de su gran ambientazo te recomendamos que elijas esta encantadora y pequeña villa (más instagramizable imposible): quizás fue nuestro alojamiento preferido de todo el viaje. Está a un paso de toda la animación de Seminyak, pero en un rincón muy tranquilo con vistas a un arrozal desde tu habitación. Tiene una pequeña piscinita propia en la que vas a gozar como un niño (llévate unas birras) y está construida y decorada con un precioso estilo tradicional rústico-chic vintage. Delante de las dos villas hay un café de los responsables (el Hi! 5 Café!) en el que podrás tomarte algo y escuchar música en directo por las noches. Precio: desde 110 € / noche

RESERVAR EN HI VILLA SOOBALI

 

Padi Bali Eco Villas: el paraíso cerca de Ubud

Padi Bali Eco Villas: paraíso de bambú entre arrozales

Para conocer el corazón de Bali tienes dos opciones: quedarte en el centro de Ubud o buscar un alojamiento perdido entre jungla o arrozales en sus alrededores. Nosotros te recomendamos la segunda (si tienes moto y ganas de conducir por la noche después de cenar, ¡claro!). Por esta zona, y totalmente integrados en la cultura y el paisaje balinés, están algunos de los hoteles más bonitos que hemos visto nunca (se te va a caer la baba viéndolos), como aquellos donde se alojó Julia Roberts durante el rodaje de Eat, Pray, Love (mira el Four Seasons Bali art Sayan o los Hanging Gardens of Bali y flipa). Si no eres Julia y tu presupuesto no llega a los 400 leureles la noche que como mínimo cuesta la experiencia (tranquilo, el nuestro tampoco) no te preocupes, porque hay un montón de opciones deliciosas a un precio más que asequible. Nosotros nos alojamos en los coquetos bungalows ecológicos de bambú de Padi Bali Eco Villas. Un pequeño hotelito familiar súper entrañable ubicado en medio de varios arrozales que vas a poder ver perfectamente desde tu bungalow totalmente acristalado. Podrás relajarte como un rey en su infinite pool, dormir en una cama king-size, ducharte en un enorme baño presidido por una estatua que derrama agua y comer platos balineses caseros preparados por la simpática familia que lo lleva. Ojo, para alojarte aquí es recomendable contar con transporte propio (alquilan motos en el propio hotel), aunque tienen un shuttle gratuito para bajar y subir del centro de Ubud dos veces al día. Precio: desde 60 € / noche el bungalow doble

RESERVAR EN PADI BALI ECO VILLAS

 

Origin Lombok: relax total con mucho estilo

Origin Lombok (Kuta, Lombok)

La isla de Lombok está empezando a despertar al turismo y aunque hasta hace solo unos pocos años no había demasiados sitios chulos donde elegir esto está empezando a cambiar: ya es posible encontrar villas espectaculares (échale un ojo a las de Sempiak Villas, son una pasada) y hoteles tan modernos, chulos y responsables con el medio como el Origin Lombok. Y lo mejor: todo ello a un precio mucho más asequible que en Bali. El Origin está en una zona rural entre el centro de Kuta y la playa de Tanjung Aan. Para moverte desde allí tendrás que utilizar transporte propio, pero no te preocupes: alquilan motos allí mismo por la friolera de 5€ al día. Una vez allí, te sorprenderá la espectacular arquitectura y decoración minimalista del espacio -muy moderna, pero con ciertos toques étnicos-, la comodidad de sus villas, la amabilidad de sus empleados siempre con una sonrisa en la boca y, sobre todo, la súper piscina que preside el espacio: no es privada, pero mola tanto que da igual (ah, ¡también tienen un montón de gatitos adorables! Si los ves ráscales la barriga de nuestra parte: seguro que nos echan de menos). Precio: desde 50 € / noche la villa frente a la piscina

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Breve Azurine (Karimunjawa)

Si te decides a culminar tu viaje con una escapada romántica a las paradisíacas islas de Karimunjawa, la mejor opción para alojarte y sentirte como un auténtico Robinson Crusoe es Breve Azurine. Este encantador hotel, compuesto por edificaciones tradicionales semiocultas en una jungla verde vibrante y frente a una preciosa playa de arena blanca, te enamorará. Aquí solo tendrás que preocuparte de disfrutar del pescado fresco y el marisco de su restaurante, de elegir entre hacer snorkel, kayak o bañarte en la playa, y de relajarte a tope. Precio: desde 120 € / noche el bungalow

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Mapa Indonesia by eat&love

 

Y con esto y un bizcocho nos despedimos… ¡Que comas y ames mucho en Indonesia!

Susana & Fabio


TE VA A ENCANTAR…

  1. Oli&Moli

    28 noviembre

    ¿Puede haber un post mas completo? Sepan ustedes que ahora morimos por ir a Indonesia, o a donde nos manden ? ¡Enhorabuena! A ver para cuando una ruta gastronómica por aquí, prometemos ayudar! ¡Un beso!

    • Equipo eat&love
      Equipo eat&love

      28 noviembre

      Jeje, mil gracias chicas!! Tenemos que ir pronto a vuestra tierra, por supuesto! Besos!

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