Somos mortales y, como tales, vulnerables y, de cuando en cuando, un poco pecadores. Y es que, tenemos que reconocerlo, hemos caído en la tentación, nos hemos dejado vencer por la atracción de la carne (literalmente). Empezamos nuestra semana contándoos las maravillas de la carnicería más molona de la ciudad, Carnico, y la acabamos con una propuesta indecentemente deliciosa: Jimbo Smokehouse, una barbacoa texana en Chamberí que nos ha dejado locos con sus geniales carnes ahumadas. Nosotros ya hemos mordido la manzana (o, más bien, la costilla), ¿te sumas?

 

 

Una de las mejores experiencias de nuestro reciente viaje a Nueva York fue disfrutar de una auténtica barbacoa de estilo texano en Fette Sau, uno de los locales de moda en Brooklyn, especializado en cervezas artesanas y deliciosa carnaza ahumada. Por eso, cuando escuchamos que las chicos de Mad Café y Mad Grill (que preparan una de nuestras hamburguesas favoritas) se habían lanzado a replicar este concepto (el dejà vu es inevitable) nos lanzamos a conocerlo.

¿Y cómo es Jimbo Smokehouse? Situado en un amplio local en la plaza del Descubridor Diego de Ordás (en pleno barrio de Chamberí), Jimbo es un “restaurante” gamberro donde los haya. Decorado con muchos detalles al estilo industrial-hipster típico de Brooklyn, el Jimbo cuenta con una barra en la que sirven una buena variedad de cervezas artesanas a presión que van variando cada poco tiempo. A través de un mostrador (tienes que pedir y pagar aquí) despachan distintos tipos de carne ahumada y otros platillos complementarios que podrás disfrutar según llegues (no admiten reservas) en una serie de mesas de madera corridas (dentro o fuera del local).

 

 

En la carta, típica de una smokehouse americana, la carne ahumada y cocinada lentamente a 80 grados es la protagonista. Los cortes son los típicos de Estados Unidos: el brisket (corte del pecho de la vaca macerado con especias), el pulled pork (cerdo deshebrado adobado con azúcar moreno y especias) y las costillas de cerdo (sazonadas con chili en polvo, especias y salsa barbacoa casera). Además, añaden ricos contramuslos de pollo a la barbacoa y otras carnes más propias dependiendo de la temporada (secreto ibérico, caza…). Dependiendo del tipo de carne, la madera utilizada para ahumar es distinta: para el cerdo usan leñas más frutales, desde cerezos a perales, para la vaca, otras más secas, como el roble. Y para acompañar, tres tipos de salsa barbacoa casera y sides muy típicos: pickles (pepinillos agridulces) y ensalada de col. Pero tranquilos, que no todo es carnaza, además hay otros platos, como una curiosa tortilla de patatas ahumadas, bocadillo de sardinas ahumadas, nachos o tacos.

 

 

RESERVA EN JIMBO SMOKEHOUSE

 

Te lo contamos, como siempre, con “huesos y señales” ; )

– JIMBO SMOKEHOUSE, PLATO A PLATO –

Tacos con pulled pork

Empezamos fuerte con unos tacos ricos y contundentes (como todo en Jimbo). Vienen con pulled pork. El pulled pork, que ya empieza a ser conocidillo en nuestro país, es básicamente carne de cerdo deshilachada y adobada con azúcar moreno y especias. El sabor ahumado nos encantó y el adobo estaba justo en su punto.

 

Brisket de ternera y contramuslo de pollo

Nosotros pedimos “La Bandeja” (así, con mayúsculas) que hay que probar sí o sí en Jimbo si vas en grupo, como nosotros. Trae cu

atro tipos de carne más sus acompañamientos (30 €) y es ideal para compartir entre dos o tres.

El primero de los cortes de la bandeja es el famoso brisket, omnipresente en las barbacoas texanas. El sabor ahumado estaba muy conseguido y el toque churruscadito es ideal.

Por su parte, los contramuslos de pollo vienen deshuesados y adobados con una piel de cítricos y pimienta negra. Los encontramos muy tiernos, jugosos y con sabor intenso: nos gustaron mucho, aunque les faltaba un toquecillo extra de churruscado.

Costillas de cerdo

Las costillas (también de cerdo) vienen sazonadas con chili en polvo y especias y untadas con una ligera capa de salsa barbacoa casera. Aquí el sabor a humo es más intenso que en ningún plato y el churruscadito ideal: quizás fue la carne que más nos gustó a todos.

 

Acompañamientos

Las salsas barbacoas caseras están riquísimas (aunque a la “picante” le falta picante), y los pickles, ensalada de col y puré de patatas (bien mojado con salsa de carne) muy bien. Pero, de nuevo, haciendo comparaciones con USA, nos fallaba un poco el pan. Allí probamos la barbacoa con unos bollitos tipo brioche salado que estaban deliciosos. Aquí sirven un pan de molde grueso que no nos acaba de encajar.

 

Postres: helado de donuts y tarta doble de chocolate

Y para cerrar una comida deliciosamente indecente, una rica tarta de chocolate y el postre más ‘guarrete’ de todos, sueño húmedo de muchos yankis, helado de donuts (tal cual): cada bocado viene a ser el equivalente a engullir medio paquete de donuts (sabe exactamente igual). Eso sí, no queremos ni saber cuánto engorda cada cucharada.

Y, con esto, y un bizcocho, nos despedimos hasta la semana que viene,

con cariño,

Susana & Fabio

 

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