ACTUALIZACIÓN ENERO 2020: LA T GASTROBAR HA CERRADO! Malasaña. Jueves (o viernes, o sábado) por la noche. Tú y tus amigos (o tú y tu cita) vegetáis en una esquina ‘comiendo frío’ en busca de un milagro que resuelva la eterna papeleta: ¿dónde cenar (bien) y divertirse por 30 € (o menos)? Pues, ¡tachán, tachán! tenemos una respuesta para vuestro dilema y encima no se te va a olvidar el nombre. Apúntalo, es una sola letra (ni siquiera vas a gastar mucha tinta y / o energías tecleando): La T gastrobar. Recuerda la ‘letra mágica’, que nos lo vas a agradecer. Porque existen pocos locales tan bien equilibrados como este: buenos, bonitos (modernos, que sabemos que te gusta) y (más o menos) baratos. Por unos 25-30 € persona saldréis encantados y, de paso, variaréis un poco. Que La Musa y el Lateral molan, pero Madrid es inmensa y fascinante.

¿Te animas?

 

 

Para empezar nuestra ‘disección’ te diremos que La T gastrobar cuenta con dos ambientes muy diferenciados: arriba, con esa impresionante cocina vista y esas mesas rollo ‘vintage’ con sus informales taburetes. Y abajo, con un ambiente más ‘chill’ -cojines, sofás, barra de copas y cócteles…- ideal si has quedado con tu ‘ligue’ (o si odias las multitudes, si eres fan de las charlas metafísicas de viernes por la noche y no quieres expresar tus divagaciones a gritos… o lo que sea). En nuestro caso recalamos en la zona ‘chill’ (no hicimos los deberes y no reservamos, ¡mal!: encontramos una mesa para dos allí de chiripa).

Una vez encajados en una montaña de mulliditos cojines nos dispusimos a tomar una trascendental decisión para todo aquel al que, como a nosotros, le chifle comer bien rico: ¿qué elegir? La elocuente carta de La T -productos clásicos con elaboraciones modernas, ideal para compartir- no nos lo puso fácil. ¿Aciertos? Sin duda, las vieiras a la naranja, merecedoras de nuestro adjetivo favorito: ¡orgásmicas! ¿Errores? Las croquetas de risotto, que no es que estuvieran malas, que estaban bien, es que somos unos croqueteros y donde esté la bechamel… que se quiten los experimentos. Pero tranquilos, que os lo contamos todo pasito a pasito.

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– LA T GASTROBAR, PLATO A PLATO –

Os hablábamos de las ‘croquetas de risotto’, que se presentan en un mix de tres variedades: de carabineros, de trufa y de nero di seppia. Aunque la presentación hizo que literalmente se nos cayera la baba (en La T son expertos en emplatar) y el concepto sonaba bien, la verdad es que, como os contamos, nos quedamos con las croquetas de bechamel de toda la vida. No es que seamos unos rancios (ya os hablaremos de las impresionantes croquetas reinventadas de la Gastrocroquetería de Chema), es que nos parece que la noción de croqueta pierde sentido al sustituir la bechamel por arroz, de textura más seca: una croqueta que no es cremosa… pues no es croqueta, ¿no?

Por cierto, antes del primer plato llegaron dos ‘chupitos’ de salmorejo, detalle de la casa, del rico salmorejo con fresa que veis en la foto de arriba. Un detalle que nos encantó : )

 

El segundo plato fue, sin embargo, una absoluta sorpresa. Sólo por este plato merece la pena acercarse a La T. Porque un plato así no se come en un local en el que el precio medio (con vino y postre compartido) ronda los 20€ por persona. Os hablamos de las vieiras a la naranja acompañadas de un puré a la naranja sanguina y chirivía: jugosas, con aromas cítricos, de estos platos que se te deshacen en la boca y te meten en vena un chute de sensaciones. De estos platos por los que nos gusta tanto comer. Ay, seguimos que nos ponemos malos…

 

Y en estas estábamos, cuando llegó la hamburguesa con salsa romescu, provolone y rúcula que decidimos compartir entre dos (ya sabéis, nosotros somos muy fans de compartir para probar más). Estaba buena, pero no al nivel del anterior plato. El pan de cristal (similar a la chapata, de corteza fina y crujiente y miga muy ligera) no nos terminó de convencer para una burger (aquí, como con las croquetas, lo tradicional funciona mejor) y las patatas, aunque eran caseras -puntazo- no tenían su mejor día (estaban un poco blanduchas).

 

Con el postre, eso sí, el nivel volvió a dispararse. Estos ricos canelones de mango rellenos de crema de queso y acompañados de helado de mango nos sorprendieron muy positivamente. Ya estábamos un poco cansados del ABC ‘hipster’ que nos invade ultimamente (brownie, tarta de queso, tarta de manzana) y este postre, ligero, refrescante y original nos ganó.

¿Y tú, has estado en La T Gastrobar? ¡Comparte tu opinión sobre el restaurante con nosotros en los comentarios! : )

¡Bon appetit!

Susana & Fabio
 

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