Cómo, ¿que todavía no sabes lo que es el hygge? Pues baja ya del guindo en el que has estado habitando porque hace ya tiempo que Europa entera ha sucumbido a los encantos de esta palabra danesa de imposible traducción que descubrimos en nuestro último viaje a Copenhague. Y es que hygge es mucho más que una palabreja raruna: es una filosofía de vida que vas a adorar. Hygge es el calor de una taza de té en las manos en un día de frío, una cena a la luz de las velas, esa mantita gustosa en la que os gusta arrebujaros cada noche viendo una serie, el abrazo cálido de alguien al que quieres o la calidez de una chimenea crepitante junto a la que relajarse leyendo libros infinitos. Hygge es calor en todas sus manifestaciones, literales y metafóricas. Y como ahí fuera llueve y hace frío, hoy queremos refugiarnos contigo en los locales más hygge de Madrid, que los hay. ¡Vámonos!
Un local hygge es un local de esos que arropan, no necesariamente perfecto, pero sí acogedor, íntimo y hasta mágico. La luz cálida y tenue es requisito imprescindible; las velas y las lucecitas, casi, casi; la madera y los tonos neutros también suman puntos para crear ese ambiente amoroso que define el espíritu hygge. Y aunque en Madrid aún no existe el local hygge perfecto (si tú quieres ser el primero en diseñarlo, danos un toque porque en nuestro eat&love studio podemos hacer realidad ese sueño) sí que hay unos cuantos que no van mal encaminados. Saca papel y lápiz, ¡porque aquí vamos!
Fismuler: calor nórdico
Si hay un restaurante que es hygge en el sentido más absoluto de la palabra, ese es sin duda Fismuler, lo nuevo de Nino Redruello que ya te recomendamos en eat&love. Y es que en Fismuler todo es calor: desde su ‘confort food‘ de bases escandinavas y sabores intensos y reconfortantes (cenar sale por unos 40 € por persona) hasta el ambiente íntimo y cálido del local. Luces tenues, velas, plantas, grandes mesas comunales de madera y música en directo: no se puede pedir más para estar como en casa.
Filandón: al calor de una chimenea…
Filandón es, probablemente, uno de los restaurantes más encantadores para disfrutar del campo en la ciudad en Madrid. Ubicado en una casa de campo en la zona de El Pardo, Filandón enamora por su decoración cálida y contemporánea, llena de cariñosos detalles rústicos; sus preciosos jardines y, cómo no, su grandiosa chimenea para ponerle un poco de calor hygge a los días de invierno. La carta, por cierto, no desmerece en absoluto lo bonito del restaurante: cocina española tradicional, con protagonismo del buen pescado (los dueños los son también de Pescaderías Coruñesas) y arroces de esos que hacen historia. ¡Imperdible!
El Invernadero de los Peñotes: hygge con sabor rústico-chic
El placer del hygge tiene mucho que ver con la naturaleza: no hay nada más hygge que salir a caminar por el campo -con tu gorrito de lana y en buena compañía- y acabar el día refugiándose al calor de una chimenea en una casa de campo, con un buen plato caliente en la mesa. Por eso, te proponemos que te escapes a Alcobendas a conocer el centro de jardinería de los Peñotes y, después, a comer a su preciosísimo restaurante, El Invernadero de los Peñotes. Situado en un espectacular invernadero y decorado con mucho gusto, el espacio cuenta con varios ambientes, uno de ellos -el más informal-, con una deliciosa chimenea junto a la que calentarte tomando un café a media tarde. La carta, bastante tradicional, ofrece según sus propias palabras “cocina casera elaborada” (no podemos decirte qué tal está porque no hemos tenido la suerte de pasarnos aún). ¿Te animas a probarlo y nos lo cuentas?
RESERVA EN INVERNADERO DE LOS PEÑOTES
Café de la Luz: calor con aroma vintage en Malasaña
Un lugar con un nombre como el Café de la Luz tenía que estar sí o sí en nuestra lista de locales hygge de Madrid. Y es que, si algo define al hygge es su cualidad casera, esa magia que transforma espacios ajenos en pequeños hogares fuera del hogar. Y, sí, el Café de la Luz es muy, muy hogareño. Se trata de una cafetería malasañera de toda la vida, decorada con muebles vintage, sillones orejeros de esos en los que dejarse hundir como si de arenas movedizas se tratara y hasta un encantador rinconcito con chimenea incluida. Ideal para tomarse un te (en tetera de porcelana) a media tarde o una deliciosa tosta de Nutella, porque tú lo vales.
El Jardín Secreto: paraíso ‘hygge’ en Princesa
No nos hemos matado pensando, lo reconocemos. Pero no podíamos hacer una lista de locales hygge y no incluir al restaurante/café más íntimo y coqueto de Madrid. Porque, aunque ya lo tengamos más visto que el tebeo, lo cierto es que El Jardín Secreto tiene magia y, desde luego, tiene hygge (será por eso que lleva 10 años llenándose casi a diario). Entra y déjate envolver por sus cientos de luces de colores (aquí hay más que en los árboles de Agatha Ruiz de la Prada en Navidad), su ambiente íntimo que invita a susurrarse secretos, sus velas y sus toques rústico/chic. ¿Y la carta? La de comidas, normalita del todo y un tanto fuera de onda. Haznos caso y apúntatelo para merendar o desayunar: un batido y un trozo de tarta ricos nunca pasarán de moda y, aquí, es lo que toca.
Mür café: hogareña imperfección
El Mür Café, situado casi enfrente del Jardín Secreto, es un local de aires british y rústicos que enamora por sus pequeños detalles: sus vigas de madera, su encantadora chimenea, sus plantas y sus balcones con vistas al parque. Puede que no sea perfecto, pero el Mür Café tiene ese encanto inconcreto de lo hogareño que conquista. Ven y relájate en uno de sus sillones chester con un te o un café caliente (tienen una selección muy cuidada de ambos) y una de sus tartas caseras (se rumorea que la de cheesecake con oreo está de escándalo).
Salón des Fleurs: romanticismo floral en Argüelles
El salón des Fleurs es, además de hygge, un paraíso bohemio y encantador. Entra en este pequeño edén -que es a la vez floristería, tienda y café– y deja que tus retinas se llenes de la luz que se filtra por sus ventanales y del color de sus infinitas flores. Puedes pasear contemplándolas pausadamente -como si te hubieras perdido en un invernadero del siglo XIX- y acabar sentado en uno de sus sillones de época tomándote un te caliente a sorbitos (tienen una buena selección), como las damas y los caballeros de buena cuna (si quieres perder las maneras devorando una de sus ricas tartas caseras a dos carrillos, tranquilo/a, que te guardamos el secreto).
Vinoteca Moratín: cocina y ambiente que arropan
El concepto del hygge se extiende a a mucho más que un ambiente cálido y encantador: hygge también es esa sensación de regustete que te recorre por dentro cuando catas un plato de comida con sabor a casa, de esos hechos con cariño de abuela, como los de Vinoteca Moratín. Hace ya tiempo que te recomendamos en eat&love esté encantador bistró dirigido por el chef Marcos Gil con mimo de artesano. En un ambiente hogareño y acogedor (nos encantan sus librerías y sus vigas de madera vistas), pero decididamente elegante, aquí vas a poder disfrutar de una cuidada carta de cocina tradicional basada en un producto espectacular (su salmón marinado casero es de esos que no se olvidan en varias vidas).
Bar Galleta: luces que enamoran en Malasaña
Si pasas por la calle Corredera Baja de San Pablo una noche cualquiera vas a quedar hechizado por las luces del Bar Galleta. Aunque su nombre no lo sugiera, se trata de un coqueto restaurante decorado con un gusto delicioso. Cenarás casi en penumbra, rodeado de íntimas luces cálidas, detalles florales y velas. ¿Y la carta? En el Bar Galleta encontrarás una buena selección de platos sencillos con guiños internacionales para compartir entre amigos (están todos los de moda -el tartar, el hummus, el tiradito, las alcachofas…), muchos de ellos con la galleta como sorprendente ingrediente invitado (no por nada el propietario pertenece a la familia de los Fontaneda de toda la vida). Nada para tirar cohetes de la emoción, pero todo bien y a un buen precio medio de 25€ pp. aprox.
Camoatí
El restaurante Camoatí, del que también os hablamos hace tiempo en el blog, es otro de los grandes clásicos del hygge madrileño. Se trata de un restaurante argentino escondido en una calleja de La Latina que tiene un acogedor ambiente entre íntimo y canalla (por algo es uno de los preferidos de los famosetes del barrio) y una cocina casera con una inmejorable relación calidad precio.
Amargo Place to Be
A un paso del Bar Galleta nos encontramos, para cerrar la lista, otro de los paraísos hygge de Madrid. Amargo Place to Be es ideal para cerrar el día no solo cenando (tienen una carta de tapeo moderno fusión bastante correcta), sino tomándose una copa o un cóctel en su encantadora cava iluminada con velas y decorada con detalles de madera. Ojo, que para acabar de redondear el buen ambiente, suelen tener música en directo y otros eventos culturales.
Y con esto nos despedimos… ¡Que también nos toca disfrutar del hygge! (Por cierto, si tienes un local hygge favorito en Madrid, ¡anímate a compartirlo en los comentarios!)
Susana & Fabio
RUTA HYGGE POR MADRID
Somos Susana, Fabio y el resto de colaboradores molones que nos acompañan en este viaje gastronómico.
Mario Cañizal
7 febrero
Magnifico reportaje el de Madrid y el de Copenhagen.Felicidades!!!
Con vuestro trabajo ayudais a romper estereotipos y tendencias de cronistas de La Corte que sólo piensan en lo mediatico y en el postureo.
!Os necesitamos!
Equipo eat&love
7 febrero
Mil gracias Mario!! Comentarios como el tuyo nos animan mucho ?
Carlos Martinez
8 marzo
Felicidades por este post!
Listado maravilloso !
un saludo