No se lo digas a nadie, pero nos encanta rechupetearnos los dedos. Si nos leyera nuestra abuela le daría un pampurrio, pero así somos: comer para nosotros es jugar, manchar, experimentar. Menos mal que la moda de la street food ha llegado para justificar nuestros incorregibles malos modales. ¿El último ejemplo? Bocacalle, un restaurante absolutamente atípico que le da una vuelta de tuerca cañera, creativa y muy española a varios clásicos internacionales de la finger food con un resultado resultón y sorprendente que nos ha gustado mucho. ¿Preparado para comer con las manos? ¡Vamos!
Bocacalle es uno de esos locales dirigidos por gente con ganas que cree en lo que hace, y eso, se nota. Detrás de la idea están cuatro jóvenes (no pasan de la treintena), amigos de toda la vida, de perfiles variopintos como la vida misma (abogado, economista…) que, desde que eran unos renacuajos, soñaban con montar su propio restaurante. Dicho y hecho: con la ayuda del crack de Dani Álvarez, formado en las cocinas de Martín Berasategui (es una gozada verle cocinar tirando de técnicas de altura como el soplete, la cocina a baja temperatura o las esferificaciones) los cuatro amigos abrían hace unos meses Bocacalle, en Alonso Martinez, con una propuesta de aires fusión pensada para comer con las manos y divertirse, basada en el mejor producto español.
Lo primero que llama la atención de Bocacalle es su peculiar interiorismo, diseñado por More and Co (los mismos de El Huerto de Lucas): el local tiene dos espacios muy diferenciados, el espacio ‘calle’, con toques urbanos en su suelo tipo acera y su cocina vista, y el espacio ‘boca’, un original comedor decorado por Boamistura en tonos rojizos con dibujos de inmensas papilas gustativas, para ir preparándose para la experiencia, vamos.
Nosotros disfrutamos de lo lindo en la zona ‘calle’, como testigos directos de las viguerías de Dani y su equipo en la cocina vista del local, en la que preparan algunos de los platos más gamberros, cosmopolitas y creativos de la ciudad, y que van desde reinvenciones del cochifrito (bombón de cochifrito a baja temperatura bañado en demiglass y chocolate) a gyozas con carne de caza y trufa, pasando por tacos al estilo asturiano (rellenos de cerdo ibérico y ternera, guindilla thai y fabes asturianas).
Como siempre, os contamos nuestra experiencia, plato a plato.
-BOCACALLE, PLATO A PLATO-
Capricho ahumado
Una coca con sardina ahumada sobre confitura de tomate y caviar de sésamo (esferificaciones de aceite de sésamo). A Fabio le encanta la sardina ahumada por su tersura e intensidad de sabor (a Susana no tanto) y esta está de nota. Es un bocadito rápido muy equilibrado en el que se combinan el dulce intenso de la confitura de tomate y el toquecillo amargo de las esferificaciones de aceite de sésamo con el saborazo de la sardina, que no solo va ahumada, sino ligeramente gratinada en el momento con un toque de soplete.
Gyozas de caza
En un restaurante callejero y cosmopolita no podían faltar las míticas gyozas al vapor japonesas. Aquí la originalidad viene tanto por el relleno (delicioso ciervo estofado) como por el acompañamiento gourmet (carpaccio de boletus y un toque aromático de aceite de trufa blanca) y la salsita para mojar (el propio caldo de cocinado del ciervo). ¡Riquísimas!
Estofa-dog
Uno de los hits de la carta, y no es para menos. Se trata de un un hot-dog de carrillera de cerdo cocinada durante horas a baja temperatura, remojado en caramelo de cebolla, ketchup de kimchi y mostaza, y acompañado de chips de remolacha, yuca, chirivías y berenjena. Un plato muy, muy callejero que está de vicio.
Risotto oceánico
Un plato algo menos street, pero igualmente original y delicioso: se trata de un risotto de arroz arbóreo cocinado con plancton, zamburiñas, erizo, jibia del cantábrico y un toque de hierbas de costa como la salicornia. Más marinero imposible: el sabor a mar y algas en boca es súper potente, y promete serlo aún más ahora que van incluir también el alga codium en la preparación. Como punto a mejorar, quizás nos pareció que el arroz estaba un poco durito de más.
Astur-tacos
Unos tacos mexicanos al estilo de Asturias, esto es, con torto de maíz relleno de picadillo de secreto de cerdo ibérico, carne de vaca gallega picada, chiles tailandeses y fabes asturianas. Jugoso, rico y contundente, como cualquier plato de inspiración asturiana que se precie ; )
A la abuela le gusta el queso
Para rematar, probamos un postre original como pocos, que es una auténtica orgía en el paladar para amantes del queso. Una tarta de queso deconstruida, que combina distintas presentaciones y texturas que deben de ir comiendo de menos a más potente: tarta-mousse de San Simón, espuma de Camembert, esponja de Brie… combinadas con crema de galleta María y frutos rojos. ¡Una gozada!
Y con esto y un bizcocho… ¡Nos despedimos hasta la semana que viene!
Con cariño,
Susana & Fabio
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