¿Buscas un sitio íntimo -pero no ñoño- para sorprender a ese mozo (o moza) que tanto te gusta este fin de semana? ¿Un sitio que, además de romántico, respire desenfado e informalidad? (no queremos espantarlo a la primera de cambio) Tenemos una propuesta perfecta para vosotros: se trata del Camoatí, un rincón clandestino y maravilloso oculto entre las calles del barrio de La Latina (c/Alfonso VI, 3, cerca de la plaza de la Paja) que últimamente arrasa entre artistas y actores. Un restaurante argentino de aire bohemio y vintage imbuido de esa gracia y esa seducción gamberra que caracterizan a los argentinos. Un local, en definitiva, en el que dejar ir tu alma ‘indie’ y disfrutar sin demasiadas formalidades.
La cocina del Camoatí es de imspiración argentina -con los inevitables toques italianos-. Su propuesta se plasma en una informal pizarra de la que os recomendamos muy especialmente el provolone (lo ofrecen en varias preparaciones diferentes, nosotros nos quedamos con la más ligera, con tomate seco), el vitello tonnato (roast beef con mayonesa suave y atún), las empanadas, las pastas y las imprescindibles carnes argentinas.
– CAMOATÍ, PLATO A PLATO –
Nosotros empezamos con un provolone con tomates secos y miel, un queso italiano clásico que fundido es absolutamente goloso, bien contrastado con unos sabrosos tomates y el toque dulzón de la miel. Aunque entre dos el banquete de queso es considerable, lo volveríamos a pedir ; )
Seguimos con el vitello tonnato: un curioso plato típico italiano que mezcla roast beef, alcaparras y una suave mayonesa con atún. De mojar pan y no parar. Muy recomendable.
Para el segundo compartimos un gran plato de entraña, un corte de carne de ternera exquisito y jugoso, acompañado de un rico pastel de patatas a la crema y ensalada y una potentísima salsa chimichurri casera. Un plato simple y sabroso que los argentinos saben convertir en una delicia.
Para despedirnos, aunque estuvimos muy tentados de ir a por la crepe con dulce de leche -un clásico argentino- nos decidimos por el crumble de manzana por recomendación de la camarera. No nos arrepentimos: hacía mucho que no disfrutábamos tanto con un postre -¿no se os hace la boca agua de sólo mirarlo?-. Una ración enorme, calentita con su helado frío de vainilla y con un sabor genuinamente casero: ¡mmm!
Por cierto, para acompañar esta cena os recomendamos optar por algún vinito argentino. Dejaos guiar y disfrutad de un Malbec de Mendoza, por ejemplo. Y para cerrar con un broche de oro, aceptad la invitación de la casa de un par de chupitos de limoncello ; )
En definitiva, uno de esos sitios con un nosequé único en los que dan ganas de repetir y repetir… ¡Volveremos!
Susana & Fabio
Somos Susana y Fabio, foodies empedernidos, viajeros y diseñadores de experiencias gastro (eat & love studio). Te recomendamos los mejores locales de Madrid. ¿Te apuntas a comer y amar con nosotros?
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