Cuenta la leyenda que, escrita sobre una piedra en el río Miera (Cantabria), se escribe la historia de un habitante que viajó del norte de España a la India y se convirtió en hombre pez. La magia cambió su piel por escamas y, después de ser devuelto a la tierruca, desapareció en el mar. Una historia norteña (y muy exótica) que ha inspirado el loco concepto gastro de cocina cántabro-india capaz de romperte los esquemas. Agarra machetes, disfrutón, porque hoy traemos la última obra de Delwar Mozumber, creador de algunos de los mejores restaurantes indios de Madrid. Sí, se llama El Hombre Pez y ha venido a mezclar calamares con tikka masala sin tapujos. ¿Cogemos las maletas! ¡Pilla el babero!

 

Qué ganas teníamos ya de salir de esa hibernación y probar sitios nuevos, ¿no? Esta vez le ha tocado el turno a un local que nació justo antes del confinamiento: El Hombre Pez. El espacio de Velázquez 102 en el que vas a encontrar tres (sí, 3) espectaculares plantas cortesía imaginativa del estudio Madrid in Love. Un lugar casi mágico que evoca a los antiguos camarotes de los barcos pesqueros y que (ojo al dato), ¡tiene terraza! Ahora, que si prefieres flipar en su interior, está permitido: su planta baja tiene una zona de coctelería y picoteo informal preciosa.

El creador de este inesperado restaurante no es otro que Delwar Mozumder, bien famosete entre los verdaderos yonkis de la cocina india en Madrid. Y es que entre los locales más famosos que ha abierto, como te decíamos, están algunos de los mejores indios de Madrid: Bangalore (un ojo a nuestra experiencia en Bangalore en este post), Purnima y Fathe Pur. Casi nada, ¿eh? Pero este se tenía que diferenciar de alguna manera, y vaya si lo ha hecho: se ha marcado una cocina que te va a dejar descolocado. Mira, mira…

 

Y aquí viene cuando la matan. Porque la propuesta gastro de El Hombre Pez no es una cualquiera. Es una pequeña ida de olla. De esas que no te esperas. Que, incluso, pueden parecer peligrosas, pero que al final resulta que aciertan. Aquí lo que reina es la mezcla entre la mejor gastronomía Cántabra (la preferida de Delwar en su país de adopción) y la de su país de origen: la India. Así que, como quien no quiere la cosa, encontramos una deliciosa combinación de materia prima cántabra (carnes, pescados) y especias hindúes. Y lo confirmamos: darle ese exotismo a la tierruca norteña es un buen soplo de aire fresco.

Te preguntarás entonces… ¿qué demonios tiene la carta cántabro-hindú de El Hombre Pez? Pues al loro, disfrutón, porque encontrarás 3 cartas diferentes. Una cántabra rebosante de clásicos como las rabas de calamar, las alcachofas de boletus y trufa o -atención- la torrija de sobao. En la parte india (que también tiene algún guiño al norte) probarás recetas como su delicioso solomillo salteado con verduras y curry rojo. Quizá se echan en falta puntos más arriesgados donde se mezclen sabores a machete, ya que es la apuesta del restaurante. Por eso nosotros nos hicimos el viaje completo y nos lanzamos a probar su menú degustación ‘De Cantabria a la India’, que es un poquito más atrevido.

 

RESERVA EN EL HOMBRE PEZ

 

Y ahora sí, vamos a por ello. ¿Quieres saber a qué nos supo esta mezcla? Te lo contamos, como siempre, con ‘platillos y señales’. Atento, foodie de la vida, ¡que vienen curvas! ?

 

– EL HOMBRE PEZ, PLATO A PLATO –

 

 

Croquetas de tikka masala

Las croquetas en el norte son de pescado o de jamón, ¿no? Pues aquí nada de eso. La vuelta a uno de los platos españoles más trillados viene presidida por el pollo tikka masala a modo de aperitivo. Un gesto que parecía tener poco protagonismo, pero que demostró ser todo lo contrario: estaban tremendas y fue lo más rico de la comida. Chapó!

 

Pastel de cabracho con mayonesa de curry

Otro clásico de la cocina norteña es el pastel de cabracho. Y aquí le hacen un homenaje: lo elaboran de la forma tradicional y se marcan una buena textura, con equilibrio de sabor entre el pescado y el resto de ingredientes. ¿La diferencia? Ese toque fusión de forma sutil con la suave mayonesa de curry.

 

Rabas de calamar

Sin florituras que valgan te presentan otra de las patas del picoteo cántabro: las rabas de calamar. Preparadas en tiras bien fritas al estilo norteño de toda la vida, pero con un toque rompedor que vuelve a venir con el aderezo: la salsita de yogur y menta y la de tamarindo. Para rebañar pan (indio), ¡oiga!

 

Tartar de atún tikka masala

Vuelve el tikka masala, pero esta vez en un delicioso tartar de atún. Con un sabor bien potenciado (pero, ojo, sin ser eclipsado) por esta mezcla tan mítica de especias, yogur y tomate.

 

Butter chicken

Llegamos a la parte más carnívora con un plato que esta vez tiene poco de cántabro (quizás las hierbas aromáticas con las que se adereza) y mucho del saborazo indio más auténtico. La salsa es finísima, con un equilibrio perfecto entre mantequilla, puré de tomate y especias variadas, y el pollo está jugosísimo. ¿Qué más se puede pedir?

 

Solomillo salteado con verduras y curry rojo

Rematamos la parte cárnica (y casi el menú) con un último plato de solomillo de ternera cántabro con arroz con verduras en un curry rojo suave-suavesito, que nos gustó sobre todo por la calidad de la materia prima, pero que perdía al lado de lo conseguido con el pollo.

 

Torrija de pan sobao

De postre el menú degustación incluye normalmente la quesada pasiega con helado de mango, que tiene que estar deliciosa, pero se había agotado y nos tocó probar el otro postre estrella: la torrija de pan sobao con helado de canela. Tiene poco de indio, pero estaba a-lu-ci-nan-te. ¡Hemos dicho!

 

Y hasta aquí el descubrimiento de hoy =) Esperamos que te haya gustado el post y que nos cuentes qué te ha parecido si te animas a probarlo.

Y con esto, y un bizcocho, ¡nos despedimos hasta la próxima!

 

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