“Disfrutón, no hay camino: se hace camino al paladear”, dice el dicho (¿o nos lo hemos inventado?). Sea como fuere, una cosa es cierta: los disfrutones peregrinamos, Dios sabe que a donde haga falta, en busca del sabor y la jarana. Y, si de peregrinar se trata, tenemos que hablar de la bella Santiago de Compostela. La ciudad de piedra y cielo gris que vio nacer a nuestro Fabio es también un pequeño paraíso foodie. “¡Pulpiño!“, “¡zamburiñas!”, ” “empanada!”, pensarás tú, y no te quitamos la razón. Pero ojo, porque las calles de Santiago esconden mil tesoros gastro (y no, no sólo hablamos de las sagradas tortillas de la Tita). Te proponemos una escapada ‘muy eat&love’ a Santiago y al precioso hotel A Quinta da Auga. Invoca a tus papilas gustativas, peregrino, que esta escapada promete ser una experiencia religiosa. ¡Amén!

Por cierto, ¡atento al mapa del final para encontrar fácilmente nuestras recomendaciones!

 

 

Ver&Love – Santiago de Compostela

Hoy queremos hablarte de la terriña de Fabio: Santiago de Compostela, la capital de Galicia. Antes de que la boca se te empiece a “hacer vino” pensando en las copas de ribeiro que te vas a beber, él -que es un ratón de biblioteca- quiere hablarte un poco de su Historia. Cuenta la leyenda que Santiago nació a raíz del descubrimiento de los restos del apóstol del mismo nombre, encontrados en una vieja necrópolis en el siglo VII por un iluminado ermitaño. El milagro, lógicamente, provocó un gran alboroto en la época: el obispo y el Rey se presentaron raudos y veloces en el lugar, declararon que los restos hallados eran los del apóstol y fundaron una iglesia y el monasterio de San Paio de Antealtares (aún existente en la actualidad) para protegerlos. A partir de entonces se iniciaría un goteo de creyentes ansiosos por obtener la bendición divina a Santiago. La primitiva Iglesia pronto se quedó pequeña y, tras construir algunos apaños que no vienen ahora al caso, se levantó la famosa catedral de Santiago, el corazón de la futura ciudad. No sabemos si el influjo del apóstol ha tenido algo que ver o no, pero por suerte para ti, querido disfrutón, Santiago de Compostela conserva todo su encanto medieval. Te invitamos a recorrer sus calles con nosotros y a descubrir sus secretos de la mano de Fabio. Aquí va la lista de cosas imprescindibles que hacer en Santiago de Compostela durante una escapada de fin de semana ; )

 

 

 

Pasea por la ‘zona vella’ y enamórate del encanto medieval de Santiago

Como te decíamos, Santiago ha conservado su encanto de ciudad medieval casi intacto. La zona vella es un laberinto peatonal de soportales y callejas empedradas perfecto para perderse durante horas y soñar con tiempos pasados. Sal de la rúa do Franco –la calle más turística repleta de bares y tienditas- y descubre preciosas iglesias de origen románico como San Fiz de Solovio o Santa María Salomé; los edificios de la antigua universidad compostelana; imponentes monasterios como San Martiño Pinario y San Paio de Antealtares; plazas como Cervantes, Toural o Mazarelos, y calles como la rúa Nova, la rúa do Vilar, O Preguntoiro o la estrechísima Entrerrúas. Santiago, ya lo verás, es muy paseable e instagramizable y eso a los disfrutones nos encanta ; )

 

Descubre las entrañas de la Catedral

La Catedral de Santiago de Compostela es el corazón de la ciudad. No hace falta rezar el Ave María todas las noches para disfrutar de esta obra de arte histórica, por dentro y por fuera. Disfruta de las preciosas plazas que la rodean (Obradoiro, Platerías y Quintana) y con las panorámicas de su icónica torre principal: A Berenguela. Observa la mezcolanza de estilos de la fachada (barroca) y del interior (románico y gótico). Contempla el Pórtico da Gloria (una maravilla del arte escultórico medieval). No te pierdas el espectáculo del botafumeiro durante la misa. Y, si te queda tiempo, piérdete por siglos de Historia descubriendo sus entrañas: visita el sepulcro del apóstol Santiago, conoce la cripta y las excavaciones arqueológicas y sube a sus tejados de piedra (las vistas, te lo prometemos, merecen la pena).

 

Recorre los parques de Santiago

En Santiago llueve, neno. Mucho, mucho. Lo bueno es que, precisamente por eso, la ciudad tiene unos parques preciosos. Nuestro favoritos es la Alameda, imprescindible para disfrutar de unas vistas divinas (literalmente) de la catedral y la ciudad. También merece la pena acercarse al curioso parque de Bonaval, un espacio moderno creado en el entorno de los jardines de un antiguo monasterio y de un cementerio (tranquilo, no da yuyu), perfecto para tomar el sol en los días que hace bueno mientras ves la catedral a lo lejos. Si te alojas fuera del centro en el hotel que recomendamos –A Quinta da Auga– puedes iniciar un pintoresco paseo de varios kilómetros que te llevará por las orillas del río Sarela hasta casi el centro de Santiago: al pasear al lado de un río entre molinos, antiguas curtidorías y árboles os parecerá estar en cualquier aldea perdida de Galicia. Pronto este recorrido también enlazará con el nuevo paseo que atraviesa las Brañas de Sar entre antiguas huertas hasta llegar al monte de la Cidade da Cultura o a la famosa Colegiata de Sar, otra maravilla románica a las afueras de la ciudad.

 

 

Haz la compra (y picotea) en el Mercado de Abastos

Los mercados tradicionales vienen con el encanto de fábrica, pero el de Santiago es superlativo. Visítalo en hora punta y piérdete por sus naves de piedra siguiendo el aroma del marisquiño gallego -¿no se te hace la boca agua?-. Déjate piropear por las avoas (abuelas) gallegas apostadas en sus puertas con su producto fresco recién traído de la huerta -tienes que probar los grelos de Santiago sí o sí-, llévate a casa algún buen queso de Arzúa artesano y acaba en la Nave 5 (habilitada hace poco como espacio gastronómico) o en la terraza de nuestro adorado Abastos 2.0, regalándote una sesión de picoteo del bueno a base de producto del Mercado.

 

Culturízate en los museos de Santiago

Si, como Fabio, eres un ratón de museo, aquí no te van a faltar rincones para que te des el atracón cultureta: el Museo de las Peregrinaciones -en el que podrás descubrir la historia del Camino de Santiago-, la Fundación Eugenio Granell -en el bonito Pazo de Bendaña-, la Fundación Torrente Ballester, el moderno Centro Galego de Arte Contemporáneo -diseñado por Álvaro Siza- o el Museo do Pobo Galego, que cuenta la historia cultural y etnográfica de Galicia -ojo a su espectacular escalera helicoidal barroca, todo un prodigio-. También te puedes acercar a la Cidade da Cultura, una obra faraónica a medio terminar de los tiempos de la mamandurria que, además de albergar conciertos y exposiciones temporales, al menos puede presumir de vistas.

 

Comer&Love – la mejor gastronomía gallega en Santiago de Compostela

Si creías que en Santiago sólo ibas a comer empanada y pulpiño estabas muy equivocado. La pequeña ciudad se ha revolucionado en los últimos años y en sus callejuelas han brotado como setas restaurantes muy, muy eat&love que combinan la cocina tradicional gallega y el producto do país (de la tierra) con elaboraciones y técnicas más modernas. Por supuesto, las tabernas de siempre, auténticas y sin pretensiones, nos siguen enamorando: te recomendamos los mejores locales, modernos y “de toda la vida de Dios” para comer y amar en Santiago de Compostela.

 

– Los modernos –

Abastos 2.0: la taberna del Mercado de Abastos

Nuestra historia de amor con la comida vivió un punto de inflexión cuando conocimos Abastos 2.0, anexionado al Mercado de Abastos de Santiago (su “nevera”). En esta taberna llena de encanto, verdad (y un puntete de modernidad que nos chifla) Marcos Cerqueiro y Iago Pazos fueron pioneros en proponer una nueva cocina gallega al alcance de todos en la que el producto fresco y de temporada es el gran protagonista. Los pescados y mariscos frescos servidos crudos o con cocciones perfectas -y algún que otro toque creativo- son las estrellas de su propuesta (ojo a sus mejillones con guacamole, el tartar de xurelo, las navajas con lima, su particular versión de la empanada de merluza o bacalao o, saliéndonos del mar, su rica espuma de patata, migas de chorizo y huevo a baja temperatura). El éxito ha sido tal que poco a poco han ido expandiendo el concepto con otras casas hermanas como O Ghalpón, Barra Atlántica o Loxe Mareiro (en Carril). ¡Te enamorarán!

 

Casa Marcelo: el estrella Michelin que no quiso serlo

Casa Marcelo, de Marcelo Tejedor (¡qué gran personaje!), ganó en su día 1 estrella Michelin. Cuando la crisis y el cambio de costumbres pusieron en peligro su negocio, Marcelo decidió decir ciao a su estrella para reinventarse, dejar de lado el clásico menú gastronómico cerrado y abrir una barra con cocina a la vista mucho más divertida e informal en la que el respeto al producto y a la tradición gallega no estaba reñida con la incorporación de productos y técnicas de países como Japón, Mexico o Perú. Cosas de la vida, Marcelo volvió a estrellarse -pero para bien- con otra estrella: su nuevo concepto estaba incluso mejor que el anterior. La carta va cambiando, pero platos deliciosos como el dim sum de cachucha y gambas, el domburi de xurelo o la fritura de cabracho con salsa de chile verde suelen estar siempre disponibles.

 

A Tafona – La joya de la chef Lucía Freitas

Por ahora solo Marcelo Tejedor tiene estrella en Santiago, pero Lucía Freitas se la merece de calle. En A Tafona podrás probar uno de los mejores menús degustación de Galicia (y si nos apuras, de España) con buen producto gallego de temporada, originalidad y técnica por un tubo a un precio más que asequible: por 40 € euros por persona (bebida aparte) saldrás encantado después de catar platos como su merluza de Celeiro con hinojo y citronella o el lechón crocante con membrillo y San Simón. ¿Con ganas de probarlos? Reserva ya aquí.

 

A Horta do Obradoiro – la vuelta a las raíces (que mola)

A Horta do Obradoiro es casi un recién llegado, pero se ha convertido muy pronto en uno de nuestros favoritos. A un paso de la catedral, en este restaurante Kike Piñeiro y Eloy Cancela proponen una cocina sencilla y de sabores auténticos basada en el mejor producto gallego. ¿Su especialidad? Volver a las raíces con un toque de modernidad. En su carta encontrarás guisos espectaculares como el de pulpo a la mugardesa o de ternera cachena, caldeirada de pescado; pescados frescos del día; propuestas rompedoras como la angula ahumada con puerro; y propuestas de mercado fuera de carta. Pidas lo que pidas todo estará para chuparse los dedos. Palabra de eat&love.

 

Filigrana – el restaurante de A Quinta da Auga

Si buscas cocina tradicional gallega renovada y preparada con el mejor producto en un ambiente algo más señorial y tradicional no puedes dejar de probar el restaurante Filigrana del hotel A Quinta da Auga. Aquí el chef Federico López juega siempre con propuestas de temporada de base tradicional y con toques creativos. Ojo a su estupendo menú degustación por 48 €, que incluye delicias como zamburiñas en su concha con aceite de ajo y perejil, un plato de temporada (setas en otoño, alcachofa asada y yema de huevo confitada con trufa en invierno…), merluza del pincho al vapor con cremoso de guisantes y agridulce de tomate o rulo de ternera confitado en vino.

 

Manso – lo sorprendente de lo sencillo

Situado en plena zona nueva (Ensanche) el Manso es la nueva referencia de cocina gallega creativa fuera del casco antiguo. El espacio, dirigido por el chef Alberto Lareo, se divide entre una barra de raciones y tapas y un restaurante de toda la vida, en el que encontrar una cocina “sencilla pero sorprendente” en el que el producto local y de temporada es, claro, protagonista. Proponen tanto un menú gastronómico (60 €) como platos a la carta como alcachofas con papada a la brasa y emulsión de ajo negro, gambas a la brasa en caldo de pimientos asados con emulsión de algas y ajo blanco, perdiz escabechada con foie y setas de temporada o muslo de Galo Celta con puré de hierbas y encurtidos.

 

Y aún hay más …

A Moa – moderno e informal con raíces en la rúa de San Pedro (la nueva zona de moda en Santiago) en el que disfrutar de una cocina gallega en formato de raciones y tapas con toques muy originales.

Mamá Peixe – uno de los mejores locales para disfrutar de pescado fresco en Santiago. Se definen como “taberna mariñeira”, y aquí podrás encontrar propuestas tradicionales y otras súper originales.

O curro da parra – uno de los mejores sitios en plena zona vieja para disfrutar de tapas originales (en su planta baja) o platazos con buen producto de temporada muy bien ejecutados en su pequeño restaurante.

A Maceta – cocina moderna informal a precios asequibles, también en la rúa de San Pedro. Los platos están pensados para compartir y tienen mucha influencia internacional.

Pampín – bar viejuno de siempre renovado como taberna foodie de la mano del chef Alén Tarrío. En un ambiente con sabor y muy familiar podrás probar propuestas como sus guisos de choquitos, jabalí o cordero, su perdiz escabechada, o su capón con arroz.

Orixe – en la Porta do Camiño, recupera el “alma gastronómica” de Galicia a través de platos tradicionales preparados con productos ecológicos y sostenibles.

Auga e Sal – un espacio gastronómico que busca proponer platos muy originales a buen precio sin comprometer el producto. Si buscas propuestas creativas, sus chipirones de la ría a la brasa con tempura de sus patas y de cebolletas y salsa negra o la royale de liebre con gnocchi de grelos y de calabaza seguro que te van a enamorar.

Solleiros – la chef Ana Portals es la responsable de Solleiros, un espacio gastronómico de concepto abierto y producción artesanal situado en la bonita plaza de San Miguel dos Agros.

Pedro Roca – El chef Pedro Roca es uno de los pioneros de la nueva cocina gallega, y su moderno restaurante en el que el producto es el protagonista, uno de los imprescindibles de la ciudad.

 

– Los baretos y los ‘sin pretensiones’ –

El Paris-Dakar: la ruta de los vinos

Quizás escuches a algún universitario compostelano hablar de que se hizo el “Paris-Dakar”. Tranquilo, no es que se haya apuntado a ningún rally: es la broma típica para hablar de la ruta de los vinos que va desde el bar Paris, en el entorno de Porta Faxeira, hasta el bar Dakar, al final de la rúa del Franco. El reto es parar a tomar una cunca de Ribeiro en todos los bares (se rumorea que los que lo hacen terminan viendo al santo apóstol resucitar de su tumba).

 

O Gato Negro: la tasca compostelana de toda la vida

Los mejores bares de tapas de Santiago no están en la rúa do Franco, ya demasiado turística, sino en la cercana rúa da Raíña. Aquí el rey es sin duda O Gato Negro, una tasca que debe tener el mismo aspecto desde los años 50, y en la que podrás probar raciones sencillas -pero inmejorables- de empanada, berberechos, almejas, pulpo o hígado encebollado.

 

Bar Orella: el rey de las orejas de cerdo

Otro bar viejuno y mítico en el que la especialidad es, por supuesto, la oreja de cerdo, servida al modo gallego: cocida y con aceite y pimentón. Un auténtico manjar. Si no te gusta esta delicia, tranquilo: hay muchas opciones de raciones típicas.

 

La Tita: la tortilla más gloriosa de España (así, sin medias tintas)

Si hay un sitio abarrotado en los últimos tiempos por santiagueses ese es, sin duda, La Tita. Por cada caña que te pidas en esta taberna te pondrán un pincho de una de las mejores tortillas que has probado en tu vida, con patatas en su punto y huevo amarillito poco cuajado (sin llegar a estar líquido). Parece ser que la cocinera original se ha ido al Moha Rúa Nova, justo al lado (pique al canto). Tenemos una propuesta perfecta para solucionar el dilema: ¡prueba las dos y luego nos cuentas cuál está más buena! ?

 

Abellá: el de los ‘cocodrilos’

Uno de los locales originales que sobreviven en plena zona turística de la rúa del Franco, y que es famoso por sus “cocodrilos”. Tranquilo, que la tapa no te va a morder la lengua: es un inocente (¿o no tanto?) lomo de cerdo con patatas caseras, perfecto para acompañar ese vinito que ya estás imaginando en tu mano.

 

Trafalgar: el de la gramola y los tigres (rabiosos)

Otro de los grandes míticos de la rúa da Raíña, con sabor viejuno y ambientazo, como nos gusta a los disfrutones (no dejes pasar la oportunidad de torturar a todo el mundo poniendo las pachangas más heavys en su vieja gramola). ¿Su especialidad? Los tigres: mejillones con una salsa de tomate picante. ¡Están de vicio!

 

Pulpería Fuentes (Conxo): la experiencia pulpeira más auténtica

Merece la pena salirse del centro de Santiago para venir a este auténtico reducto de la Galicia de los años 60. Es una pulpería-churrasquería de toda la vida, para tomar vino del Ribeiro barato en cuncas y disfrutar de pulpo a feira preparado al punto y de carnaza en cantidades ingentes. ¡Una experiencia 100% auténtica!

 

 

Salir&Love – De jaraneo por Santiago de Compostela

Momo: es uno de los café-pubs con más encanto de la ciudad. La decoración homenajea al libro de Michael Ende y crea un ambiente encantador. Pero lo mejor es su terracita veraniega en el escondido jardín de atrás.

A Casa das Crechas: si buscas autenticidad y sabor gallego, A Casa das Crechas es tu sitio. Aquí todo es un homenaje a la cultura da terriña, desde su decoración con raíces celtas, su música folk o los licores cafés con los que no te cansarás de brindar.

Modus Vivendi: otro gran clásico de la ciudad en un local con mucha solera cargado de recuerdos y huellas del paso del tiempo: por algo es el pub más antiguo de Galicia.

Riquela: uno de los recién llegados y el local más de moda entre los treintañeros. Pero no te dejes engañar con el espacio moderno y amplio y la gran cantidad de gente: aquí no suena reggaeton, sino música en directo y temas de swing, funky, jazz, rock clásico…

Vaova: otro local bastante nuevo en la zona vella que se ha convertido en el templo del gin tonic de la ciudad. Perfecto para tomarse una copa tranquila eligiendo entre decenas de tónicas y ginebras.

A Reixa: uno de los bares con ambiente más alternativo y underground. Perfecto para tomar la primera birra o copa si te gusta el rock clásico.

O Desván: si eres de indie, este pequeño pub es tu sitio. Aquí triunfa la música alternativa inglesa (Stone Roses, The Cure, Radiohead, White Stripes…).

Atlántico: uno de los pubs de ambiente alternativo más queridos de la ciudad. Es el preferido de los actores gallegos: a lo mejor te encuentras en uno de sus pisos a Luis Tosar.

Ruta: el discotecón más mítico de Santiago, y dónde Fabio y sus colegones se han corrido más juergas que nadie. Lleva más de 40 años abierta y ha pasado por varias etapas. Antes combinaban electrónica en el piso de abajo y buena música indie arriba. Ahora el piso de arriba se ha vendido al reggaeton (así que ya no van mucho).

Dormir&Love en Santiago de Compostela: A Quinta da Auga

Por supuesto el buen disfrutón no solo sabe de comer y patear: también sabe (y debe) descansar. Para dormir y relajarte en Santiago de Compostela nosotros te recomendamos A Quinta Da Auga , una preciosa casona gallega con el sello súper ‘top’ Relais & Chateaux que fue una papelería en el siglo XVIII (las canalizaciones aún se conservan en el bello jardín). A Quinta da Auga tiene todo lo que un hotel “muyeat&love”tiene que tener: es ecológico y sostenible, coqueto y acogedor (de ello se encargan sus propietarias María Luisa García Gil y su hija, Luisa Lorenzo: “las Luisas”, como se las conoce) y se come de cine. No nos olvidamos de su espectacular spa en el que podrás bajarte del mundo por una tarde (no olvides dejar el móvil convenientemente olvidado en la habitación). Te lo contamos todo con ‘burbujas y señales’ ; )

 

 

Como te contábamos, A Quinta da Auga es el el proyecto personalísimo de “las Luisas”: dos mujeres que han echado el resto para sacar este coqueto, elegante hotel y acogedor hotel que es A Quinta da Auga adelante. Ellas mismas te lo contarán gustosas si te las cruzas en algún pasillo (como buenas anfitrionas, suelen estar en casa para mimarte). Lo cierto es que, aunque conserva intacto su encanto de casona rural, A Quinta Da Auga es un gran proyecto: la casa, a orillas del bello río Sar, tiene más de 50 habitaciones y ocupa un terreno de más de 10.000 m2.

 

 

Las habitaciones de A Quinta Da Auga son, como cada rincón del hotel, súper elegantes, decoradas en un estilo clásico y aristocrático muy atemporal. La cama -te lo decimos por experiencia propia- es mullida y confortable a más no poder y los baños amplios: no se puede pedir más.

 

 

¿Y el spa ? Te estarás preguntando. ¡Ay, el spa! Con sus 5 estrellas, el spa de A Quinta Da Auga no es pecata minuta: ocupa un edificio entero del complejo al que vas a poder acceder en zapatillas desde tu habitación en la casona y te propone, entre otros, piscina caliente de hidromasaje, hamman, jacuzzi, sauna finlandesa y flotarium Mar Muerto (nunca lo habíamos probado y nos pareció una pasada de relajante).

Una de las cosas que más nos gusta del spa son las vistas a todo el hotel y la naturaleza que lo rodea que vas a disfrutar mientras chapoteas entre burbujas. Merece la pena visitarlo al atardecer, cuando la luz empieza a bajar y, dentro, se iluminan las velas y pequeñas bombillas que hacen la experiencia mágica. ¿Nuestra recomendación? Empieza por la sala principal con la piscina de hidromasaje y la sauna; continúa relajándote en el flotarium y acaba con un masaje (en el spa de A Quinta da Auga ofrecen tratamientos basados en la medicina china y ayurvédica). Vas a dormir como un bebé ; )

RESERVAR EN A QUINTA DA AUGA

 

– MAPA DE SANTIAGO BY EAT&LOVE –

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