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10 aperturas de éxito que quieres (y debes) incluir en ...

10 aperturas de éxito que quieres (y debes) incluir en tu lista de propósitos de 2014

Comer & amar en La Provenza y la Costa Azul – Guía de viaje eat&love

Imagínate que te pierdes en un cuento de príncipes, princesas, castillos y -obvio- memorables banquetes regados de buen vino. Imagínate que recorres campos de lavanda y pueblos medievales de piedra colgados de montañas que te reciben cargados de flores. Imagínate que descubres los vestigios del antiguo Imperio romano -un acueducto milenario frente al que te puedes bañar, el Circo, las misteriosas ruinas de una ciudad antaño gloriosa …-. Y ahora imagínate que vuelas en el tiempo y corres tras los pasos de Van Gogh y Cezanne. Que caminas entre los palacios y el allure de la Belle Époque. Que te sumerges en los pasajes de ‘Tender is the Night’, de F. Scott Fitzgerald -autor del Gran Gatsby- y recorres la que fue -y aún sigue siendo- una de las costas favoritas de la crème de la crème mundial -mansiones espectaculares, yates …-. Y ahora vuelve con nosotros. Parpadea. Y deja de soñar, porque este lugar idílico en el que vas a querer comprarte una casita en la que jubilarte a ver los días pasar -¡quién pudiera!- es real: te hablamos de La Provenza francesa y la Costa Azul (o Riviera Francesa). Un destino perfecto para hacer un ‘road trip‘ de una o dos semanas (nosotros estuvimos 10 días) en el que vas a comer y amar como nunca. De la moderna Marsella al paraíso de cuento del Luberon y sus pueblos; pasando por las encantadoras y vivas Avignon, Arles o Nimes; hasta las espectaculares Gorges du Verdon y las mecas atemporales del postureo (Antibes, Cannes, Mónaco, Saint-tropez), la bella Niza y sus sombrillas de rayas o las calas de aguas turquesas de Las Calanques. Te recomendamos dónde dormir, qué comer (y dónde) y, claro, cuáles son las experiencias disfrutonas imprescindibles para un viaje #muyeatandlove (auténtico, instagramizable y -muy importante- pagable) a La Provenza y la Costa Azul (y si te pierdes, te dejamos un supermapa con todas las recomendaciones). Alors, ¡nos vamos!

 

Los campos de lavanda de Sault son algunos de los más bonitos de La Provenza

Ver&Love – Qué ver y hacer en La Provenza y la Costa Azul de Francia

Fotografiar los campos de lavanda desde mil ángulos distintos

Tú, instagramer empedernido, has leído ‘Provenza’ e inmediatamente has pensado en un florido campo de lavanda. Y con razón, porque los paisajes de lavanda de La Provenza son de los más fotogénicos del mundo. La mejor época para visitarla y encontrarlos en flor y con la lavanda brillando con toda su intensidad es principios de julio. Si vas más tarde, es probable que muchos campos ya hayan sido segados y que otros empiecen a secarse y hayan perdido su bonito color tan característico. Nosotros fuimos a finales de julio y al principio vivimos esta última situación. Por suerte, pudimos movernos un poco hacia el norte y allí aún encontramos muchos campos en su mejor momento. Los más famosos son los la llanura de Valensole, con inmensas extensiones floridas de junio a julio en las que los palos selfie compiten en número con las flores. Otra localización icónica por sus campos de lavanda -que aquí resisten hasta mediados de agosto- es Sault, donde vas a encontrar campos preciosos que disfrutar en solitario. ¿Consejito instagramer? Viste de blanco en tu visita para que tu ropa no compita con el color lavanda en los fotones que vas a hacer y visita los campos a primera o última hora del día para capturar la luz más bonita y evitar al resto de turistas. Y, por supuesto, cuida el entorno: no arranques nunca lavanda, no la pises y no dejes desperdicios para que los campos sigan siempre tan fotogénicos y bonitísimos como ahora.

 

Navegar entre las bellas Calanques

A un paso de Marsella se esconde un auténtico paraíso natural mediterráneo: Les Calanques. Estas curiosas formaciones son una especie de fiordos que en una costa abrupta se introducen hacia el interior formando estrechas calas de aguas turquesas bordeadas de acantilados cubiertos de pinos. El lugar es un pequeño paraíso de verano, bonitísimo y lleno de ambiente. Para conocer Les Calanques lo mejor es recorrerlas en alguno de los barcos que suelen salir de Marsella o Cassis. Puedes elegir entre embarcaciones turísticas más económicas (pero petadas) o lanchas rápidas para una visita un poco más especial en un grupo reducido (iréis haciendo varias paradas para que podáis nadar y bucear a vuestro aire: nosotros lo hicimos con los barcos de Bleu Evasion y, aunque es un pelín más caro, ¡la experiencia fue una gozada!). Si te animas, haz caso a nuestro consejo de abuela y come poco antes de embarcar: tus intestinos te lo agradecerán cuando les hagas bailar la marimorena pegando tumbos sobre las olas.

 

 

¿Qué tal un baño frente al acueducto romano Pont du Garde?

 

No será el Coliseo, pero el circo romano de Arles es igualmente espectacular

Descubrir la Provenza romana y bañarte junto a un acueducto milenario

La huella romana en “La Provincia” (así la llamaban cariñosamente por ser la primera provincia romana fuera de Italia) está aún súper presente en esta zona de Francia: toda la región está plagada de monumentos espectaculares. Os recomendamos visitar las interesantes ruinas grecorromanas de la antigua ciudad de Glanum (a un paso de Saint-Rémy-de-Provence) fundada en torno a varios manantiales sagrados de los Alpilles; el impresionante Pont du Gard (el acueducto romano más alto que aún sigue en pie, que cuenta con un interesante museo sobre su construcción y -lo mejor de todo- una playa fluvial en la que remojarse en los días de calor mientras contemplas el panorama); los espectaculares circos romanos de las ciudades de Arles y Nimes, el teatro de Orange y -ya en la Costa Azul- el monumento a la conquista de los Alpes construido por el emperador Augusto en La Turbie desde el que, de regalo, tendrás unas vistas de Mónaco impresionantes.

 

 

En el Mercado de Antibes vas a encontrar auténticas maravillas: como este puesto con más de una decena de variedades de “tomates que saben a tomate”

Los quesos de cabra de leche cruda son una de las especialidades de La Provenza, ‘delicieux!’

Surtirte para un picnic en un auténtico mercado provenzal

Si hay una cosa que los franceses han conservado con cariño y que nos ha enamorado son sus mercados campesinos, celebrados semanalmente en muchos de sus encantadores pueblos (te recomendamos que te pases por los de Apt, Carpentras, Vaison la Romaine, Saint-Rémy-de-Provence o Antibes: puedes ver en esta web los horarios y días de cada uno). Los de la Provenza son los más populares, y es por algo: en ellos vas a encontrar productos deliciosos con un equilibrio perfecto entre autenticidad y calidad. Y lo mejor es que aquí no solo llegan turistas y sibaritas en busca de embutidos o quesos dignos de las mejores tiendas gourmet del mundo (que también), sino que siempre los verás repletos de vecinos y vecinas que se animan a hacer su compra diaria de hortalizas, pan y otras viandas frescas y deliciosas. Si quieres sentirte uno más y no tienes cocina a mano anímate a organizar un picnic: baguettes de masa madre, salchichón con hierbas provenzales, terrinas variadas de corzo o jabalí, decenas de variedades de quesos de cabra, tomates que sí saben a tomate… vas a disfrutar de lo lindo y, de paso, ¡a ahorrarte unos cuantos euros en comer!

 

Seguir los pasos de Van Gogh y Cezanne y flipar con el espectáculo audiovisual de Les Carrières des Lumières

Si eres un amante del arte en La Provenza vas a poder ponerte en los ojos de pintores impresionistas como Van Gogh y Cezanne, enamorados de la luz y el color únicos de esta zona. Sigue sus pasos por Aix En Provence -encontrarás casi intacto el antiguo taller de Paul Cezanne-; Arles -la preciosa ciudad provenzal donde vivió Van Gogh y que fue escenario de algunas de sus pinturas más míticas como “Dormitorio en Arles” o “Terraza de café por la noche” (en la plaza del Forum aún podrás ver el mismo café que pintó!)- o el monasterio de Saint-Paul-de-Mausole -donde Van Gogh vivió un año recluido en el después de rebanarse la oreja-. Y, si quieres disfrutar del arte como jamás lo habías experimentado hasta ahora, apúntate a ver el el alucinante espectáculo de Les Carrières des Lumières en Les Baux de Provence. Este encantador pueblo colgado en los montes de Les Alpilles -famoso por sus turísticas calles empedradas medievales y por su espectacular castillo tallado en la roca- acoge en unas milenarias e impresionantes canteras subterráneas de piedra un show audiovisual que aprovecha las imponentes paredes, pilares, aristas y cortes de la cantera para proyectar espectaculares piezas multimedia relacionadas con el arte. Un auténtico despiporre artístico y musical que pone la piel de gallina. Essentiel!

 

 

El ‘Sentier des Ocres’ en Roussillon, visto desde arriba: ¡una pasada!


 
Relajarte (y soñar con comprarte una casa para jubilarte de viejo) en los pueblos de cuento del Luberon

Si hay un lugar que evoca a la Provenza más encantadora y rural, repleta de pueblitos medievales coquetos y relajados, esa es la abrupta y boscosa región del Luberon. Comenzando desde el oeste, encontrarás Fontaine de Vaucluse, un pintoresco pueblo encajonado entre paredes de piedra caliza, en el que nace el río Sorgue directamente de una sima en la montaña (desde allí puedes hacer una chula ruta por el río en kayak hasta L’Isle-sur-la-Sorgue). Más al este encontramos la famosa abadía románica de Senanque, rodeada de espectaculares campos de lavanda, en la que podrás sacar algunas de las fotos más instagramizables del viaje (si eres capaz de trepar al muro, claro). Al sur está Gordes, uno de los pueblos más conocidos de la zona, encaramado en una colina, y más allá Roussillon, famoso por estar rodeado de canteras de ocre: antiguos yacimientos en las que se obtenían arcillas para fabricar pigmentos y que hoy dan color a todas las casas del pueblo (puedes recorrer estos acantilados ocres y flipar con sus colores a través del Sentier des Ocres). Ya en las laderas de la sierra del Luberon encontrarás una retahíla de encantadores pueblitos colgados a cada cuál más bonito: te recomendamos que reserves al menos un día para hacer una ruta en coche y visitar Saignon, Bonnieux, Lacoste, Ménerbes, Oppède-Le-Vieux, Lourmarin y Ansouis. ¡Ya nos dirás en los comentarios cuál te ha gustado más!

 

 

Mirador en la impresionante ruta por carretera de las Gorges du Verdon

Atravesar las impresionantes Gorges du Verdon en coche

Desde el bonito (y muy turístico, hay que decirlo) pueblo de Moustiers, al pie de las primeras estribaciones de los Alpes, se extienden las espectaculares gargantas del río Verdón, el cañón con más profundidad de Europa. Conducir por las serpenteantes carreteras que lo bordean es toda una experiencia: ¡ponte al volante, relájate y disfruta! Si no eres capaz de quitar la vista del centro de la carretera, no te preocupes: tienes muchos miradores en los que parar para flipar con las vistas. Si lo recorres de oeste a este camino a la Costa Azul, te recomendamos parar después en el apacible pueblín de Bargème para relajarte una vez superado el subidón de adrenalina de los precipicios: un auténtico oasis de paz provenzal fuera de la ruta turística -de esos en los que encontrarás a abuelitas pintando a la sombra de los árboles en la placita de la iglesia- que te va a enamorar.

 

En bicicleta por el Cap d’ Antibes

Sombrillas de rayas en Promenade des Anglais, Niza

Espectaculares mansiones (algunas, como esta, se pueden visitar) en el Cap d’ Antibes

Pasear por el ‘Promenade des Anglais’, visitar las mecas mundiales del lujo y el postureo (Cannes, Saint-Tropez, Mónaco…) y morirte de envidia con la ‘jet-set’ de la Riviera Francesa

Pastosos: dícese de esos seres cuasi míticos (que, por alguna razón, nunca nos tocan como amigos, ¡ouch!) que atracan sus yates en los puertos con más pompa del mundo, portan bolsos que cuestan lo que tu salario de todo un año y duermen en ostentosas mansiones que el resto de mortales solo podemos aspirar a husmear detrás de sus arbustos milimétricamente podados. La Costa Azul (aquí te hablamos más de ella) ha sido un imán para ellos desde la Belle Époque (si has leído Tender is the Night, de F. Scott Fitzgerald, seguro que te haces una idea). Y aunque en el siglo XXI la Riviera Francesa ya no tiene ese allure de exclusividad que tenía entonces, la Costa Azul sigue siendo una de las favoritas de los millardaires de todo el mundo y se nota: las apabullantes mansiones de Cap d’Antibes o Cap-Ferrat; los yates mastodónticos atracados en cada puerto; los deportivos que se pavonean por la carretera en su camino al Casino de Montecarlo o los lujosos hoteles, tiendas y restaurantes de Niza, Cannes y Saint-Tropez, aquí aún hay glamour y pasta por un tubo. Si, como a nosotros, a ti te ha tocado nacer pringuer -y a mucha honra- siempre puedes consolarte repitiéndote aquello de que el dinero no da la felicidad y supliendo la ausencia de billetes con ese charme que tú tienes. Alquila una bici en Antibes y recorre con ella el Cap; escápate a Niza y descubre su bonito paseo marítimo de características sombrillas de rayas azules (Promenade des Anglais) o desfila por la alfombra roja del Festival de Cannes cual Penélope Cruz. Todo es cuestión de, como decía nuestra abuela, llevar la cabeza alta y ponerle actitud. Lo mismo hasta pasas por un millardaire ; )

 

 



Comer&Love – restaurantes para ‘foodies’ empedernidos en La Provenza y la Costa Azul

Ah, ¡la dolce Francia! Es pensar en ella y evocar viñedos infinitos, deliciosos quesos artesanos, bulliciosos mercados desbordantes de variedades infinitas de frutas y verduras y reconfortantes platos cocinados con ese savoir faire francés que nos engatusa el gusto y el olfato. ¿Y qué podemos esperar los foodies en La Provenza? En esta parte de Francia la cocina tradicional se empapa del Mediterráneo: pescados, productos artesanos fetén (quesos y embutidos), muchas hierbas aromáticas y, claro, lavanda (la encontrarás en la miel, en mermeladas…). Los platos que los comilones debemos marcar a fuego en nuestra agenda gastro de viaje son, por ejemplo, la mítica bullabesa de Marsella, la ensalada niçoise, típica de Niza o el famoso ratatouille.

Pero ojo, porque en muchas brasseries de La Provenza, hay que decirlo, también verás platos que a los españoles nos van a sonar mucho (bastante pasta y pizza, o “paella”) y que a los ‘morros finos’ en busca de experiencias gastro diferentes y auténticas no nos hacen las “papilas chiribitas” precisamente. Eso sí, si sabes dónde buscar (y por suerte ya hemos hecho el trabajo por ti, querido disfrutón) puedes encontrar auténticos tesoros. Pequeños bistrots y bar à vins especializados en cocina casera y del terroir (del “terruño”, con tapitas elaboradas siempre con producto local y de proximidad y una selección increíble de vinos); refinados restaurantes con Estrella(s) Michelin a precios estratosféricos (de esos no te vamos hablar aquí, mon Dieu!, que para eso ya tenéis su Guía) y, nuestros favoritos: restaurantes montados con amour, sin pretensiones, con una cocina auténtica, genuina y deliciosa con una relación amor / precio redonda. On y va!*

 

∞ PD1: ¡Por cierto! Francia tiene fama de ser très cher, mon Dieu! (muy cara) para comer (¿quién no ha escuchado a algún españolito poniendo el grito en el cielo porque le cobraron 5€ por un café?), pero en nuestra experiencia volver del viaje con tu cartera con relativa buena salud es posible. Para hacerlo, ahorra escogiendo restaurantes con formules para comer o cenar (es algo así como el equivalente del menú del día español, pero aquí te lo ofrecen a menudo también para cenar y en días festivos, ¡está genial!) y lanzándote a ir de vez en cuando de picnic después de hacer la compra en el mercado: ¡auténtico y barato!

∞ PD2: No hay cosa más común en Francia que ver a españolitos deambulando cual perrillos hambrientos en busca de un restaurante abierto para comer o cenar. Recuerda que aquí son de apetito temprano y, aunque algunos restaurantes tienen un horario muy amplio -especialmente en zonas turísticas-, otros tantos bajan la persiana a las 14h para comer y a las 22h para cenar. Comprueba siempre los horarios y asegúrate de presentarte en la puerta al menos media hora antes del cierre. ¡O te darán con la puerta en las narices!

 

 

 

 

Maison Drouot – (Maussane – Les Alpilles)

Uno de los restaurantes más chic y acogedores que encontrarás en La Provenza. Dirigido por una joven pareja de apasionados de la cocina y la decoración, se encuentra en una casona de Maussanne -al lado de Saint-Rémy- decorada con aires franceses y nórdicos. Aquí podrás disfrutar de platos deliciosos preparados con productos del mercado con nombres y apellidos y presentados con mucho, mucho mimo, así como postres increíblemente deliciosos. Si te sientes tan como en casa que te quieres quedar, no te preocupes: también tienen habitaciones para huéspedes muy agradables.

Precio medio: menú degustación 55 € más bebida

 

Partagez Oscar (Arles)

Un bistrot-chic informal y moderno que se sale de los típicos clásicos franceses para ofrecer platos creativos pensados para compartir, preparados con productos del mercado locales y presentados con originalidad y toques internacionales. La cocina, muy sencilla, es de calidad y no tendrás que gastar mucho para disfrutarla: los platos para compartir salen a unos 16 € de media.

Precio medio: 30-35 €

 

Le Sanglier Paresseux (Caseneuve – Luberon)

Si quieres disfrutar de una cenita romántica en pleno Luberon en un restaurante con una decoración de aires clásicos pero con una cocina estacional muy imaginativa, Le Sanglier Paresseux es tu sitio. Dirigido actualmente por el chef Pascal Marcq, aquí podrás disfrutar de platazos originales como la dorada con arándanos confitados y emulsión de leche de cabra o el cordero de Provenza con aroma de garriga, alcachofas y berenjenas. Ofrecen varias fórmulas de menús desde 32 €.

Precio: menús de 32 € a 49 € más bebida

 

 

Les pieds dans l’eau (Saint-Rémy-de-Provence – Les Alpilles)

Saint Remy de Provence está lleno de veraneantes franceses a los que encanta pasar largas veladas cenando a la fresca. Por eso Les pieds dans l’eau, un restaurante en una antigua casona con una terraza con vistas a una bella mansión, es el nuevo local de moda del pueblo. Sentados bajo la mágica luz de la noche francesa en esta romántica y súper chic terraza disfrutamos de una de las cenas más especiales de nuestro viaje. En Les pieds dans l’eau vas a catar una cocina casera sencilla y deliciosa, 100% francesa y elaborada con productos de cercanía (embutidos, quesos, pollos y cerdos de granjas locales). Nosotros probamos unas costillas de cerdo glaseadas acompañadas de verduras de temporada que estaban de vicio y con las todavía soñamos de vez en cuando. Y, de propina, un postre fetén que encantará a los gorditos: memorables medias raciones de tartas caseras que después te puedes llevar a casa en una cajita para desayunar. C’est amour!

Precio medio: 30-35 € pp. aprox.

 

La Trinquette (Gordes – Luberon)

Gordes es uno de los pueblos más famosos del Luberon, y está repleto de turistas de la jet set. Por suerte los mortales de a pie todavía tenemos allí sitios estupendos para comer como La Trinquette, donde los precios de la carta no te harán hiperventilar y la informalidad es la norma. ¿Y la carta? La cocina en La Trinquette es sencilla y sabrosa, muy local, con tapas a la francesa y platos preparados con cordero o pollo de corral, quesos artesanos… Un consejo #muyeat&love: reserva su única mesa en el balcón, con vistas a los acantilados, para una experiencia romántica de película.

Precio: menú de 35 € + bebida

 

La Bergerie (Bonnieux – Luberon)

La Bastide de Capelongue es un espectacular hotel de lujo que cuenta con un restaurante con dos estrellas Michelin dirigido por el famoso chef Edouard Loubet. El mismo equipo dirige también La Bergerie, un precioso bistrot más familiar e informal, en el que pretenden recuperar la cocina provenzal de la abuela, con platos míticos como la pierna de cordero asada, tartare de ternera, terrines… todo preparado con ingredientes frescos y de calidad. Puedes probarlos a la carta o pedir menú. ¡Ah, y si comes aquí puedes bañarte en la piscina del hotel, así que aprovecha!

Precio: menús de 27 € y 38 € más bebida

 

Pointe Noire (Aix-en-Provence)

Alexandre Mazzia es un chef estrellado de Marsella que acaba de abrir un nuevo bistrot en Aix-en-Provence: Pointe Noire. Aquí la propuesta va en la línea del movimiento bistronomique del que ya te hablamos en nuestra Guía para comer & amar en París: platos sencillos pero con mucha técnica preparados con productos locales y estacionales. Entre sus creaciones, propuestas que te sorprenderán tanto como la cola de rape con chalotas sobre zanahoria en texturas o flores de calabacín con caballa mi-cuit, anacardos y brotes de pomelo. Puedes comer a la carta o con menú.

Precio: menú degustación 49 € más bebida

 

La Bastide des Moustiers (Moustiers-Sainte-Marie)

En una preciosa bastide provenzal rodeada de bellos jardines encontramos La Bastide des Moustiers: un hotelito encantador (y carísimo, hay que decirlo: si quieres alojarte en esta zona, echa un ojo a la Bergerie de Charme del Domaine d’Angouire en la sección Dormir&Love, ¡te va a enamorar y te costará menos la mitad!) propiedad del famoso chef Alain Ducasse, con un restaurante gastronómico de los que no tienen Estrella -pero si te dijeran que sí, te lo creerías-. La Bastide des Moustiers fue el escenario de la cena más especial de nuestro viaje, esa que cuesta un poquito más, pero que lo vale. En un escenario rural de cuento gozamos de una cena de nivelazo foodie con productos estacionales del terroir a un precio alto, pero justo, ¡no se puede pedir más!

Precio: menús a partir de 60 € + bebida

 

La table du Chef (Cannes)

En una ciudad entregada al lujo y al despiporre da gusto encontrar lugares como el pequeño y encantador bistrot de Bruno Gensdarme, otro de los restaurantes que probamos en nuestro viaje por La Provenza y la Costa Azul y del que tenemos suculentos recuerdos. Aquí te proponen un delicioso menú degustación sorpresa de cuatro platos, a un precio cerrado de 45 €. Las maravillas que salen de la diminuta cocina en la que el chef Bruno -todo un personaje- se lia a cocinar platos de inspiración francesa provenzal con productos frescos de mercado son sorprendentes (por ejemplo: crema de calabacín con gambas y azafrán o lubina con puré de zanahoria y jengibre). Las disfrutarás en un local muy francés: abigarrado y coqueto, de mesitas apretujadas y sin pretensiones.

Precio: 45 € el menú más bebida

 

La Mercerie (Marsella)

Un nuevo restaurante bistronomique en Marsella -una ciudad cada vez más de moda- que está arrasando. Aquí no esperes camareros encorsetados ni bandejas de plata, solo un espacio moderno, buen rollo y cocina de verdad. Al frente están tres auténticos nómadas: el chef Harry Cummins (se define como un inglés que ama Francia), la sommelier Laura Vidal, nacida en Montreal, y Julia Mitton (canadiense al frente de la dirección del restaurante). De cocina saldrán auténticas maravillas, todas preparadas de forma artesana con materias primas estacionales provenientes de productores con nombres y apellidos: espárragos verdes de Roques-Hautes a la barbacoa con vinagre de saúco y pétalos de cidra marinados; cordero de Les Alpilles criado por Emmanuel Lafaye acompañado de un puré de champiñones y hierbas amargas cogidas en la región del Var; salmonetes recién traídos del Vieux-Port, con perlas de bisque de su propia cabeza y acompañados de hinojo y acelgas… Si tienes que probar un restaurante en Marsella, que sea este, por favor.

Precio: menú de 42 € más bebida a la cena, menú de 28 € más bebida a la comida.

 

Fine Gueule (Niza)

Si pasas por Niza, te recomendamos este encantador bistrot que, como su propio nombre indica, es perfecto para fine gueules (morros finos) como tú, querido disfrutón. En pleno corazón de la Vieux Nice, Fine Gueule es el local del chef Geraud Gary-Bobo y aquí vas a poder verlo en acción en su cocina vista preparando platazos como su burrata artesana con tartar de tomate, piñones y albahaca o la dorada a la plancha con calabacín, aceitunas y limón confitado. Y lo mejor es que es muy asequible: ¡al mediodía incluso tienen un menú por solo 16 €!

Precio medio: menú mediodía 16 €, carta 30-35 €

 

Chez Lulú (Antibes)

En uno de esos días de verano infinitos en los que acabas arrastrándote por las calles mendigando un sitio mono en el que te den de comer (bien) descubrimos Chez Lulú. Este local, que se define como “table d’hôte”, fue una de las experiencias gastro más originales de nuestro viaje. Se trata de un restaurante familiar de entrañable decoración hipster en el que los huéspedes comparten una gran mesa de madera (también tienen una coqueta terraza). Para comer proponen un menú degustación casero muy sabroso y local con platos preparados a elegir directamente servidos en mesa y otras opciones de buffet libre que te servirás tú mismo. Y aunque los buenos foodies siempre arrugamos el hocico cuando escuchamos la palabra buffet, lo cierto es que en Lulu lo bordan: deliciosos entrantes preparados con verduras de la huerta, terrines y conservas artesanas, una sopa y un plato principal cocinados a fuego lento y con mimo que repetir dos y hasta tres veces (¡como en casa!) y, para rematar, un surtido infinito de postres caseros también “à volonté”. ¡Chapeau!

Precio: menú 25,90 € + bebida

 

P’tit Cageot (Antibes)

El movimiento bistronomique también ha llegado a Antibes con propuestas como la de P’tit Cageot. En este pequeño bistrot el chef Arnaud Lacombe propone una cocina sencilla de producto y estacional, tradicional y contemporánea a la vez, con platos como la corvina del Mediterráneo asada con emulsión de pescado a la mantequilla ahumada, almejas y salicornia o los salmonetes ligeramente cocinados con guarnición de bullabesa.

Precio: menús desde 30 € + bebida.

 


Dormir&Love – Dónde dormir en La Provenza y la Costa Azul

Escoger el alojamiento de tu viaje siempre es uno de los momentos más emocionantes y en La Provenza te van a hacer los ojos chiribitas: encantadoras casas de piedra y ventanas pastel cubiertas de hiedra, bucólicos jardines rebosantes de flores, relajantes piscinas con vistas a los viñedos o a los campos de lavanda y románticos cenadores en los que recibir el día con un desayuno que ni Napoleón. ¿Suena bien, no? Pues es mejor. Y, antes de que tu cartera entre en parada cardiorrespiratoria, vamos a lo que importa: hay opciones para todos los bolsillos y, sí hemos fichado las más instagrameables, auténticas y pagables (máximo 120-30 € / noche) de todas para ti: chambres d’hôtes (“habitaciones de huéspedes”, un alojamiento típicamente francés que suele incluir un desayuno casero épico) en preciosas bastides, pequeñas bergeries, hotelitos alternativos … Mira que somos majos, ¿eh?

∞ ¿Quieres ayudarnos a mantener eat&love para que podamos seguir compartiendo contigo guías como esta sin coste? Utiliza los enlaces del artículo para reservar en Tripadvisor. ¡Mil gracias, disfrutón!

 

 

La Cigale et la Fourmi (Saint Remy de Provence – Alpilles)

La Cigale et la Fourmi fue nuestro alojamiento favorito en la primera etapa de nuestro viaje por La Provenza. Esta preciosa bastide en la bella Saint-Rémy -ubicada, por cierto, en pleno centro del pueblo- es el bucólico hogar de una pareja de encantadores jubilados franceses que te tratarán con infinito mimo. Todo aquí está milimétricamente cuidado: desde sus habitaciones tematizadas con distintos motivos (solamente tienen 3, lo que te garantiza una experiencia privada y súper relajante), hasta su bello y extenso jardín o su encantadora piscina. Si eres un fan de los desayunos, como nosotros, vas a disfrutar como un niño con los banquetes que cada día prepara con amour de madre su propietaria, Jocelyne: crêpes, tartas y mermeladas caseras … o la sorpresa que hoy se le haya ocurrido para ti, poco importa cual: todas están delicieux. Oh là là!

Precio: desde 85 € / noche habitación doble

 

& más alojamientos donde dormir en La Provenza

La Ferme (Saint-Marc-Jaumegarde – Aix en Provence) – Casona de estilo provenzal de solo 4 habitaciones con piscina. Desde 95 € / noche habitación doble

Le Mas d’Emilie (Arles) – Paraíso rural -con toques modernos- entre olivos y almendros a medio camino de Arles y Les Baux de Provence. Desde 102 € / noche habitación doble

B&B La Vagabonde (Arles) – Encantador B&B en el cogollín de Arles, ubicado en un antiguo palacete del siglo XVII de aires decadentes. Cuentan que sus desayunos son memorables. Desde 92 € / noche habitación doble

Domaine de Fontbelle (Graveson – Alpilles) – Experiencia rural ‘top’ en una casona provenzal entre olivares -reformada con un interiorismo muy chic-. Con piscina. Desde 110 € / noche habitación doble

Domaine de Rhodes (Avignon) – Preciosa maison d’hôtes cubierta de hiedra. Ambiente familiar y habitaciones de decoración clásica con encanto vintage. Desde 110 € / noche habitación doble

Metafort (Méthamis – Vaucluse) – Maison d’hôtes muy top de estilo contemporáneo decorada con diseño nórdico. Hay pistina (of course) y sirven un desayuno de aúpa con productos locales. Tampoco falta un jacuzzi (con luz y música incorporados) y pijaditas varias. Desde 145 € / noche habitación doble

Le domaine Saint Jean (Saint Saturnin des Apt – Luberon) – Bastide rural, rodeada de cerezos y viñas, con piscina y desayuno incluido. Buena relación amor / precio. Desde 90 € / noche habitación doble

La Bastide de Soubeyras (Ménerbes – Luberon) – Preciosa bastide rodeada de árboles y con una espectacular piscina con vistas a pueblos colgados como Menerbes o Oppède. Desde 110 € / noche habitación doble

 

 

Guía de viaje La Provenza – Costa Azul – Bergerie de Charme

Bergerie de Charme du Domaine d’Angouire (Moustiers-Sainte-Marie)

El Domaine d’Angouire es una casa de huéspedes rodeada de árboles y altas paredes de roca que marcan las primeras estribaciones de los Alpes (la encontrarás en un valle a unos 5 minutos en coche de Moustiers-Sainte-Marie). Allí puedes alquilar una habitación en el edificio principal o, como hicimos nosotros un pequeño apartamento en una casita rural aislada del mundo en plena naturaleza (“Bergerie de Charme”). Cuando llegamos a nuestro alojamiento, tuvimos que frotarnos los ojos para ver si estábamos despiertos. A la entrada, un porche con hamacas de madera y lavanda; en frente, un gran prado lleno de flores amarillas y abejas revoloteando de flor en flor; al fondo, el arrullo de un precioso río (con un par de cascadas en las que darte un baño -helado, eso sí- en completa soledad); a un lado, dos monísimos burros propiedad de la finca. Un paraje natural mágico y relajante que complementa un alojamiento cuidado en sus detalles, con bañera vista (¡maravilla!), ducha de verano con suelo de cantos de piedra, cocina y un dormitorio encantador, todo decorado en un estilo rural-chic ideal. Fue el alojamiento que más nos enamoró del viaje. Si tienes la oportunidad, reserva ya en la Bergerie: ya verás como nos agradeces el consejo ?

Precio: desde 90 € / noche habitación doble – desde 115 € / noche (la Bergerie)

 

 

& más alojamientos donde dormir en la Costa Azul …

Villa Bougainville (Niza)Bonito hotel urbano funcional decorado con aires tropicales en una villa de estilo Belle Époque. Precios muy buenos en temporada baja. Desde 45 € / noche habitación doble

La Jabotte (Antibes)Pequeño hotel de aires hippy-chic y acogedor ambiente familiar en pleno Cap d’Antibes (el cogollín, para que nos entendamos), muy cerca de impresionantes villas y palacetes de millonarios a los que odiar en la distancia. ¿O no? – Desde 63 € / noche habitación doble

Okko Hotels (Cannes)Moderno hotel de decoración vanguardista, funcional y acogedora en pleno centro de Cannes. Con terraza en la habitación. – Desde 107 € / noche habitación doble

Maison Montgrand (Marseille)Renovado hotel con encanto a un paso del cogollín de Marsella en el que podrás escapar del bullicio de la ciudad gracias a su espectacular jardín con terraza de 400 m2. Las habitaciones, decoradas con estilo nórdico minimalista, tienen mucho estilo. – Desde 85 € / noche habitación doble

– MAPA PROVENZA Y COSTA AZUL –

Y, con esto y un bizcocho, nos despedimos hasta nuestro próximo viaje : ) ¡No dejes de contarnos qué tal tu experiencia si te animas a seguir nuestra guía!

Con cariño,

Susana & Fabio


TE VA A ENCANTAR…

  1. Asun givaja

    6 enero

    Hola!!
    Me ha encantado tu post sobre la Provenza y costa Azul! Maravilloso, muchísimas gracias por compartir todos los lugares, alojamientos y restaurantes!
    Mi marido y yo nos haremos una Mini escapa ( es lo que nos permiten mis niñas! Y su abuela que los cuida) por lo que no se si me dará tiempo a ver todo tus sitios.
    Así que si pudieras te importaría recomendarme los pueblos q mas te gustaron ( iremos en junio y buscamos pueblecitos, rios o mar y ver algún campo de lavanda)
    Muchas gracias y enhorabuena te acabo de descubrir y me ha gustado mucho tu página!

    • Equipo eat&love
      Equipo eat&love

      18 enero

      Qué bien que te haya gustado Asun! La zona del Luberon es la que acumula los pueblos más preciosos, están todos cerca y puedes hacer una ruta por la mayoría, según te venga bien, en un par de días: Fontaine de Vaucluse, Gordes, Roussillon, Saignon, Bonnieux, Lacoste, Ménerbes, Oppède-Le-Vieux, Lourmarin, Ansouis…

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