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10 aperturas de éxito que quieres (y debes) incluir en tu lista de propósitos de 2014

20 bares de Madrid donde el vermut es más sagrado que El Papa

Las cosas como son. Vemos un rayo de sol asomándose y nos volvemos lagartijas de terraza, cazadores de ”mañaneo gratuito” y ‘jaranistas’ de barra (y de barrio) profesionales. Jolgorio, alboroto o parranda. Llámalo como quieras, pero es escuchar las palabras mágicas ‘Vámonos de vermut’ y nos entra un ‘noséqué’ que qué sé yo. El espíritu castizo posee nuestros cuerpos y no nos reconocemos: los brazos se quitan las sábanas de encima sin pereza, nuestros dedos se arrancan las legañas de un solo tirón, a nuestro estómago, por una vez, le da igual saltarse el desayuno, y nuestras cuerdas vocales están fuera de control al grito de ‘¡Manolo, ponme una más!’. Sí, el vermut hace estragos con los eatandlovers y nos da lo mismo iniciar el ritual en un cutrebar, en una neotaberna o en la vermutería más ‘chic’ de la ciudad. Y es que este elixir de aparente inocencia esconde en su trastienda los ‘mañaneos’ -y ‘tardeos’- más felinos de Madrid. Por suerte lo que pasa en el vermut, lo sabe hasta El Rey, se queda en el vermut. Ahora calienta bien esos codos, coge tus gafas de moderno y prepárate para practicar el ”deporte” más divertido de todos los tiempos: el ‘vermuting’. Estos son los 20 bares de Madrid donde el vermut es más sagrado que El Papa. ¿Estás listo? ¡Chin chin!

 

Café Barbieri: pasado, presente y vermut

Ya te contamos en nuestra guía para comer y amar en Lavapiés que Café Barbieri era para nosotros un must al que has tenido que ir a practicar el aperitivo. No solo porque es un viaje al pasado muy molón (abrió por primera vez en 1902, ojo) sino porque han reformado también su carta, incluyendo la comida y las copichuelas, los vinos y los vermuts. Un mañaneo bien amenizado a golpe de jazz y Zarro de grifo.

Calle del Ave María, 45 (Metro Lavapiés)

 

Taberna La Elisa: Triciclo metiéndole mano al pasado

La Elisa, como ya os contamos hace bien poquito en este post, es una antigua taberna que abrió en 1907 y a día de hoy conserva su barra y sus azulejos, pero sobre todo, su esencia. Y todo gracias a que el Grupo Triciclo ha metido las manitas y lo ha hecho que ni ‘pintao’: con David Alfonso elaborando platos muy de ‘hogar madrileño’ para chuparse los dedos. Pero a su buena cocina no le falta el toque más pillo, el del vermut. Y es que este es uno de esos lugares que ha (en este caso) renacido por y para fomentar la jarana del aperitivo. Tras su barra encontrarás el nuevo vermut artesano de grifo de Mahou que sirven con rodaja de naranja, pero también algunas referencias en botella como pueden ser Yzaguirre o Lacuesta. Si te lo tomas con sus dados de bacalao crujiente vas a empezar a flotar. Avisado estás.

C/ de St. María 42 (Metro Antón Martín)

 

Gran Clavel: el clásico viejuno que verás con ojos de moderno

Aaaaay, Gran Clavel. Si pudiésemos nos encerraríamos en sus cuatro paredes y no saldríamos de ahí. Porque no, no solo es un espacio casti-moderno inspirado en los años 60 que nos representa bastante, sino que ofrece una carta de bebercio y ‘foodeo’ que ya quisieran muchos. Aquí lo pensaron muy bien: es ideal para ir de aperitivo y, si se te va de las manos (que si eres de nuestra escuela será la mayoría de las veces) siempre puedes quedarte a comer. Y es que este espacio con enormes ventanales a Gran Vía es un auténtico escaparate de la cocina madrileña más castiza (con algunos toques modernetes, eso sí). Casa de comidas, bar de vinos y, lo que nos importa hoy a nosotros, vermutería. El aperitivo lo podrás disfrutar en su entrada (para nosotros, la mejor zona) mientras pruebas una buena selección de vermuts reserva y el clásico madrileño Zecchini de grifo, además de otras referencias como St.Petroni, Domingo, Lacuesta… y podríamos seguir. Acompáñalos de sus tapas más castizas, como sus gildas (encurtidos que traen del puesto más molón del Mercado de Vallecas: Bombas, Lagartos y Cohetes), su pincho de tortilla, su clásica ensaladilla rusa o las croquetas con jamón. También puedes darle a sus conservas gourmet y embutidos artesanos traídos directamente del puesto de Octavio, en el Mercado de San Antón. Casi nada, vaya.

C/ Sandoval, 12 (metro Bilbao)

 

Café Comercial: los clásicos nunca mueren

Menudo susto nos llevamos cuando cerraron a cal y canto las puertas del Café Comercial. Por suerte no fue para siempre, y al poco tiempo nos sorprendió con un concepto totalmente renovado de lo que fueron que, tenemos que reconocer, nos encanta. Uno de los cafés más antiguos de Madrid y que aún conserva la barra de mármol que le dio la fama despachando vermuts (y churros con chocolate) por un tubo. Su vermut es bastante exclusivo, uno de grifo de la casa que elaboran en Reus y que sirven con hielos en vaso old fashion. Si encima te lo quieres llevar a tu casa para animar cada domingo puedes comprar su botella por 18 euritos. ¿Para comer? Su carta también ha sido renovada (como ya te contamos con ‘platos y señales’ en este post), pero para el vermut te pegan sus ricas patatas con alioli, las ‘aceitunitas’, el mejillón de tigre o ensaladilla. Todo bastante top.

Glorieta de Bilbao 7 (Metro Bilbao)

Imagen: BEO Comunicación

La Violeta: no, no tenemos casa (y ya no queremos tenerla)

Nuestra primera parada es en la calle Vallehermoso y uno de sus secretos tan mal guardados: La Violeta. Una mítica taberna de barrio que representaba el jolgorio de los años 80-90 en su máxima expresión, y que hace pocos años ha resurgido de sus cenizas gracias a sus dueños: Luis y Manuel. Estos chicos se lanzaron a recuperarla manteniendo su esencia, pero también parte de la decoración (fíjate en su barra antigua de mármol). Este ‘garitazo’, en muy poco tiempo, se convirtió en uno de nuestros rincones favoritos para tomar el aperitivo de fin de semana. Y no solo por su carta, la cual encierra hasta 23 tipos de vermut de productores de norte a sur de EspañaLacuesta, Falset, Zarro, Oliveros…-, sino por sus tapas de boquerones o encurtidos, su música, su ‘’gancho’’ y su jarana. La terraza no es muy grande, así que enfréntate a la pereza como Dios manda y toma asiento desde bien pronto. Si empiezas a ver aún más borroso que cuando te has despertado, dirígete al Mercado de Vallehermoso a completar tu misión.

C/ Vallehermoso 62 (Metros Canal – Quevedo)

 

 

Imagen: Plateselector

Latazo: cosa fina en el Mercado de Antón Martín

Hay un ”puestecito” en el Mercado de Antón Martín que se llama Latazo y que promete pero bien: vermut y conserva de calité son su filosofía de vida. Una carta donde encontrarás una buena y precisa selección de reservas (como Miró o San Bernabé), jóvenes (Espinaler o Lacuesta) y algunos preparados como el Dry Latazo. Si encima quieres acompañarlos con platillos de mejillones, berberechos, navajas o langostinos, la fiesta, ya te decimos, está asegurada.

Puestos: 5-6-7. Planta Principal. Mercado de Antón Martín (Metro Antón Martín)

 

Imagen: Imogen Clara

La Mina: los de antes y los de ahora, unidos por un vaso de vermut

Otro templo en nuestro querido Chamberí es La Mina, por la que nos dejamos caer algún que otro sabadete (o todos, por qué no). Una de las tabernas más míticas del barrio que abrió en 1949 y que ahora rebosa juventud y buen ver, ¡oiga! (sin dejar atrás a la clientela habitual). Lo que no ha cambiado nada es su filosofía de vida: el vermut. En vasito de whisky redondo te sirven Iris Dorado o Zarro, y para acompañar, unas buenas brocheticas -pepinillo, aceitunas, cebolletas, pimiento y boquerón- con piparras, pero también pequeñas raciones, donde podrás catar su jamón ibérico o las gambas a la plancha. El sitio es ideal, además, para practicar el buen terraceo. Aquí hay muchas más mesas que en La Violeta, pero depende del día y la hora puede ser deporte de riesgo encontrar una libre.

C/ General Álvarez de Castro 8 (Metro Iglesia)

 

Imagen: Bombas, Lagartos y Cohetes Twitter

Bombas, lagartos y cohetes: gloria bendita made in Vallecas

‘Ojocuidado’ lo que sale por aquí. Probablemente nunca hayas escuchado quienes son Bombas, lagartos y cohetes. Y si lo has escuchado, seguramente lo ignoraste cuando te dijeron ‘en el Mercado de Vallecas’. Error, disfrutón, error. Aquí viene uno de los grandes descubrimientos: un puesto de encurtidos que ha heredado Kike Martínez del antiguo puesto que tenían sus padres, el Bekiaperitivos. Aquí, bajo el nombre de Bombas, Lagartos y Cohetes (no nos puede gustar más) salen banderillas a punta pala. Que si de huevo de codorniz, que si de pepinillo, que si de pulpos o de boquerón… hay infinitas combinaciones que puedes probar en la barra junto al vermut que te sirve en vaso ancho con aceitunita y naranja. Verás etiquetas como Golfo, L’India, Biermú o Pascali. Nunca pensamos decir escribir esto en público pero, qué ganas nos entran de ir a Vallecas.

Mercado de Vallecas. C/ Sierra Vieja, 61 (Metro Villa de Vallecas)

Imagen: T. Cecilia

Bodegas Alfaro: salmorejo de rechupete y un Miró, que nunca fallan

Qué vivan el salmorejo (hecho con amor del bueno), las patatitas fritas de churrería y las olivas de par de mañana acompañadas de un buen vaso de vermut (Miró, o el que tengan en ese momento). Bodegas Alfaro es un clásico de Lavapiés que nunca falla, y aunque aquí es típico venir de ‘cañeo’, acompañar su vermut bien servido con el pisto, la cecina de Léon o el ciervo estofado está a la orden del día.

Calle Ave María 10 (Metro Antón Martín)

 

Imagen: La Revoltosa

La Revoltosa: miau, miau, miau.

En pleno Chueca se encuentra La Revoltosa, una taberna que recupera el espíritu castizo de las tascas madrileñas y lo pone al servicio de los gatos de verdad. El típico sitio en el le dan a uno ganas de encaramarse en su barra desde primera hora del día (a base de un buen pincho de tortilla de patata para desayunar) hasta que cae el sol y comienza el arte de compartir raciones entre ‘amiguis’. Un espacio rejuvenecido y con un toque molón, decorado con muebles vintage, columnas de forja y baldosas hidráulicas, que culmina con una buena terraza que no cobra suplemento. ¿Para acompañar el momento? Tienes cervezas artesanas y chatos de vino, pero lo ideal es que vengas a darle caña a sus vermuts de grifo.

Plaza del Rey 4 (Metros Banco de España – Chueca)
C/ del Prado 4 (Metro: Sevilla, Sol, Antón Martín)

 

Imagen: Mis Tabernas Favoritas

Café Pavón: Arde Embajadores, la serie.

Del Teatro Kamikace al Café Pavón y del Café Pavón al Teatro Kamikace. Así podríamos pasarnos el sábado, entre obras de teatro y vermuts. Y es que el Café Pavón comparte clientela constante con el teatro (sitios que ya te recomendamos en nuestra guía de Lavapiés) que tiene pegadito a él y se ha convertido en uno de los rincones más marchosos de Embajadores. Estamos seguros de que ya lo conoces, no solo porque ahí han rodado algunas escenas de Arde Madrid, sino porque sus enormes ventanales rezando ‘vermut’ o ‘hay caldo del día’ no pasan desapercibidos. Y, aunque por las noches se llena hasta la bandera, su barra de zinc y su techo art decó siguen presenciando la jarana mañanera como nadie. Su clásica ensaladilla rusa, o su bocadillo de pastrami, quedan ideales acompañados de su vermut Cañí de grifo o del Perucchi en botella.

Calle de Embajadores, 9 (Metros La Latina – Tirso de Molina)

 

Imagen: plateselector

La Hora del Vermut: la tasca más ‘chic´del barrio Salamanca

Hans Peter-Redhammer y José Manuel Santander, dueños y señores de La Hora del Vermut, iniciaron su andadura en el Mercado de San Miguel hace ya una tira de años, pero después abrieron este local tan ‘chic’ en el barrio del Retiro y ya no fuimos capaces de dejarlo pasar. Aquí, con el vermut, poca broma: tienen la friolera de 80 referencias diferentes de todos los rincones de nuestro país (Reus, La Rioja, Córdoba, Galicia, Jerez de la Frontera -con vino de Jerez- y muchos más). El más básico lo elaboran a base de hierbas maceradas en vino blanco, pero se atreven con maceraciones en sidra, vino tinto, y otras ediciones especiales que van cambiando por temporada. Lo mejor es ir y dejarse recomendar, porque tienen para rato. No te cortes y prueba varios, que aquí hemos venido a jugar. ¡Ah! Y no te olvides de acompañarlos con sus ricos ahumados, salazones y conservas. ¡Gloria Bendita!

Calle de Fernán Gonzalez, 48 (Metros 0’Donnell – Ibiza)

Imagen: Mahoudrid

Tasca Barea: esquinazo – productazo – mañanazo

Este pequeño rincón de Lavapiés es una oda al aperitivo y al buen producto de picoteo en general, así que no podía faltar en esta lista. Entre Embajadores y La Latina se encuentra Tasca Barea con una barra que despacha productos ecológicos a ‘tutti’ en forma de tapeo (todo viene de pequeños productores). No faltan aquí sus vinos de bodegas de autor, pero nosotros siempre vamos a por el vermut.

Rodas, 2. Madrid (Metros La Latina – Lavapiés)

 

Imagen: dondeviajamos.com

Casa Camacho: ‘cutrebar’ sí, icono malasañero también.

Que levante la mano quien nunca haya entrado a Casa Camacho a por un Yayo y haya salido a cuatro patas habiéndose bebido hasta el agua de los floreros. No puedes, ¿verdad? Ni tú ni nadie, amigo mío. Tomarse unos yayos a la hora del aperitivo se traduce en volver a tu casa al día siguiente (raro será que de ahí te vayas a comer el cocido de tu abuela como si nada pasase). Tasca de toda la vida que ni es ni pretende ser nuevo sitio de modernos: es lo que ves, y punto. Tres hermanos son los que siempre están detrás de la barra alimentando hígados desde hace ya unos cuantos años a base su mezcla ‘santa’: vermut con un ‘’chorrito’’ de ginebra y casera. Su especialidad, claro. Aunque también puedes tomarte un vermut de grifo mucho menos guerrero. Hagas lo que hagas, pide una ración de boquerones o berenjenas de Almagro para llenar un poco el estómago, o puede que no salgas de allí…

C/ San Andrés 4 (Metro Tribunal)

 

Imagen: wikipedia

La Ardosa: Habemus tortilla de patata y vermutito mañaneros

¿Podemos contarte algo de Bodega de La Ardosa que no sepas ya? Probablemente no, pero si no lo ponemos en esta lista, reventamos. Porque anda que no habremos engullido su tortilla de patata (proclamada como una de las mejores de Madrid o sus torreznos veces y veces como si no hubiese un mañana. Y con el aperitivo siempre venía un vermut, claro, porque la patata lo tiene difícil para pasar sola. Esta casa se fundó en 1892 y desde entonces nos sacia a base de vermut de Reus que sirven de grifo. Eso sí, no vengas en fin de semana (a menos que sea agosto y Madrid se vacíe) porque lo vas a pasar mal para encontrar un sitio entre sus icónicos barriles.

C/ Colón, 13 Madrid (Metro Tribunal)

 

Imagen: Vanitatis

La Concha: el vermut más famoso de La Latina

La Latina guarda algunos tesoros. Entre ellos, el vermut de La Concha, que está cogiendo mucha fama entre los madrileños. Lo elaboran a base de una mezcla de Miró rojo con ginebra, Campari y cáscara de naranja y lo sirven en un vaso de cóctel. Vamos, un Señorito Vermut con todas las letras. Cuentan las almas foodies más latineras que sus tostas están de escándalo, así que tendremos que pasar a probrarlas ?

Cava Baja, 7 (Metro La Latina)

 

Imagen: timeout

La Colmada: vermut a todo color en Malasaña

La Colmada es una tienda de ultramarinos/bar molongui a todo color en pleno barrio de Malasaña que te va a dar la vida a base de cosas muy, muy ricas. Están especializados en conservas marinas gallegas (latas de La Pureza o las ostras de O Submarino) que representan con su parte del local pintada de azul. Tampoco se olvidan de la huerta y ofrecen una selección de producto de la tierra (de ahí, también, la pintura verde en sus paredes). No nos olvidemos de sus embutidos y chacinas, todo perfectamente combinable con sus vermuts. Aquí tienen desde un Espinaler, hasta un Coppini o un Bandarra.

Calle del Espíritu Santo, 19 (Metro Tribunal)

 

Conservas Nudista -mejor vermut Madrid

Conservas Nudista: vermut artesano y conservas sin ropajes

Conservas Nudista abrió hará ya unos tres años con su concepto de local de conservas sin ropajes. Muy puros y con productos de primera que iban seleccionando Micky Irisarri y Sesi Angelova, sus dueños. Aquí miman mucho su producto, así que todo está rico (y todo puede comprarse para llevar). Para mojar puedes tomarte un vermut Domingo (que es rojo y clásico, de producción artesanal) o el De Luna, que se elaboraba siguiendo las fases lunares. Todo delicioso, todo jolgorio.

Calle luchana, 27 (Metro Bilbao)
Augusto Figueroa nº20 (Metro Chueca)

 

Imagen: mistabernasfavoritas

Taberna de Ángel Sierra: de toda la vida de Dios

100 años dando la lata (literalmente) y todavía es uno de los sitios más top para ‘vermutear’ en la ciudad. La Taberna Ángel Sierra ubicada en pleno corazón de Chueca es una parada imprescindible a la que somos adictos: ha visto entre sus paredes un porrón de generaciones asegurando que se tomarían solo una y después se irían a casa (pero lo que pasa en la taberna, se queda en la taberna ;)) Dale a su vermut de grifo y pídete para acompañarlo unas aceitunas, embutidos, conservas o banderillas.

Dirección: Gravina, 11 (Metro Chueca)

 

Imagen: el confidencial

Taberna Stop Madrid: de Hortaleza al resto de Madrid

Taberna Stop Madrid ya tiene otras tres localizaciones, pero la original es la de Hortaleza 11. Aquí lo que se destila es, una vez más, el vermut reserva de la casa, que viene de grifo y que sirven en copa de pie corto con helos y naranja. Perfecto para acompañar las piparras, la mojama o sus chacinas ibéricas. Ñumi.

C/ Hortaleza 11 (Metro Gran Vía)
C/ Atocha 73 (Metro Tirso de Molina)
Av Alberto Alcocer 32 (Metros Colombia – Cuzco)
C/ León 10 (Antón Martín)

 

Imagen: Chipén

Chipén: Vermut y lo que surja.

Ese es su lema de vida, ¡y nos encanta! Porque vale, esta resurrección colectiva de las tabernas más antiguas de Madrid nos mola (y mucho), pero que surja un local made in siglo XXI con más 70 referencias de vermut (nacionales e internacionales) nos pone los pelillos de punta. Así que en Chipén podréis vernos pidiendo algunas de sus tablas con embutidos ibéricos que cortan en el momento y con un fresquito vermut en la mano. ¿Lo mejor? Al tener tantas variedades entre las que elegir, se preocupan de aconsejarte bien si no tienes mucha idea, cosa que se agradece. En su extensa carta encontrarás clásicos como Zecchinni, Perucchi, Marteleti o Miró, pero también etiquetas más desconocidas que buscan su hueco en el mundo del aperitivo, como pueden ser Lustau o Nordesia. Bien valientes han sido con una propuesta de la casa que lleva su nombre, Chipén, y que elaboran en una bodega madrileña llamada Arlini y para la que utilizan uva Monastrell 100% y que maceran con 30 botánicos (y sin azúcares añadidos). Como después del vermut puede surgir casi cualquier cosa, aquí te ofrecen una carta de cocina madrileña con toques viajeros por si aprieta el hambre.

C/ Tutor, 1 (Metro Ventura Rodriguez)

 

Y con esto, y el último vermut (ni de broma), me despido hasta la próxima!

 


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  1. Avatar
    Javier

    22 mayo

    Que no hayáis incluído Bodegas Casas en una lista de bares de vermut me parece sencillamente una aberración.

    • Equipo eat&love
      Equipo eat&love

      22 mayo

      Bueno, no puede ser una lista 100% exhaustiva, pero nos lo apuntamos! ?

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