‘¡Si le quieres de verdad, déjalo ir!’ La típica frase odiosa que a nadie le gusta, porque -para qué engañarnos- cuando quieres a alguien tanto como nosotros queremos a un plato de caza, no es fácil dejarlo marchar. Pero ojo, porque hoy te descubrimos Efímero: el local en el que los ingredientes se van en pocos días para dar paso a otros diferentes según temporada. Y, como cada creación es mejor que la anterior, aquí no te va a costar despedirte de los platos ? ‘Disfrutón’, demos la bienvenida a otro local de la familia RanTanPlan (Chow Chow, Pomerania o Pointer) con su joven chef Joaquín Serrano a los fogones (y con su carta ”cambiante”). ¿Listo? ¡Nos vamos!
Subimos a la planta alta del restaurante Pointer y cruzamos la puerta de Efímero para toparnos con una sala muy sencilla, limpia y colonial. Un local que desprende un aire algo formal, que es perfecto para ir de comida o cena con todo el tranquileo del mundo (la despedida de soltera ya si eso te la guardas para otro día ? La luz entra desbordante por sus grandes ventanales y podemos ver la plaza de Colón desde ahí. Su ubicación no es casualidad. El local sobre el que acaba de abrir es uno de sus hermanos mayores junto a Chow Chow, Teckel y Pomerania (todos creados por el Grupo RanTanPlan).
¿Y quién está detrás de los fogones del restaurante Efímero? Pues el chef Joaquín Serrano. Un ”chavalín” de 27 años, bien hecho y derecho, que ejecuta que ya quisieran muchos. Que no os distraiga su edad, porque sabe lo que se hace: propone una maravilla de platos modernos con raíces clásicas e influencia francesa, pero con un toque de creatividad. Una cocina donde el fondo de los platos está muy bien trabajado y la materia prima se respeta por encima de todo.
Temporalidad y producto son la bandera de Efímero, por eso la carta se diseña a mano día a día. Si entras a sus cocinas no busques un congelador, porque no lo tienen. Su propuesta se centra en distintos entrantes estrella fijos, pero la mayoría van variando según el producto vaya estando disponible en el mercado. Algunas de las delicias con las que vas a encontrarte son, por ejemplo, el puerro con meuniere de trufa, la torrija salada con caldo ahumado de cebolla o sus alcachofas con sopa de foie y anguila ahumada.
Como podrás imaginar, en Efímero los buenos proveedores cobran una importancia bruta. Por eso siempre son de lo mejorcito que tenemos por Madrid: pan de Triricum; trufas de Javier Acedo; mariscos de O Percebeiro; aves de nuestro querido y mítico Higinio Gómez (Mercado de Vallehermoso); o quesos de Rubén Valbuena (Quesería Cultivo). Y podríamos seguir y seguir… pero así no llegaríamos al postre. Y esto, disfrutón, sabes que es muy importante. Así que, sin más titubeos te llevamos de paseo por la mesa de Efímero para que conozcas nuestra experiencia como siempre plato a plato. Servilleta al cuello, ¡cubiertos preparados!
– EFÍMERO, PLATO A PLATO –
Corazón de puerro confitado con meuniere de trufa
Para empezar el festín nos pedimos este corazón de puerro confitado hasta la saciedad (lo que hacía que estuviera súper tierno) y acompañado de una deliciosa meuniere -salsa de mantequilla- que potenciaba todo su sabor a trufa. Un plato muy sencillo pero rico hasta decir basta.
Guisante de lágrima con aire de ibérico y consomé de pichón.
Seguimos la comilona probando una receta donde el producto y el fondo del plato eran básicos (y no defraudaron). Estos guisantes lágrima vinieron un poco tímidos a la mesa y terminaron siendo una explosión de sabor en toda regla, potenciado sobre todo por ese toque de caza y jamón ibérico.
Huevo a baja temperatura con consomé de butifarra y chantarela.
Si disfrutas de los huevos como lo hacemos los eat&lovers sabrás que a baja temperatura son, siempre, un auténtico vicio. Aquí venían montados sobre una base de puré de patata robuchon y acompañado de un fondo de jugosísima butifarra. La intensidad de sabor que le daban las setas lo convirtió en un win-win.
Lubina con noisette de calabacín
Ay, el pescado. Lo fácil que parece, y lo complicado que se vuelve si no es fresco. En Efímero, como era de esperar, lo era. Hombre que sí lo era: fue el punto más importante de este mágico bocado que nos conquistó, donde la carne venía tersa y la piel bien ‘churruscadita’. Todo acompañado de una cremosa y suave noisette de calabacín. Top.
Pichón con salsa perigord y ravioli de sus entrañas
No es ningún secreto: la caza nos chifla. Y este pichón a la brasa con salsa clásica a base de fondo de ave y trufas estaba de rechupete. Si a eso le sumas que venía acompañado de ravioli relleno de sus interiores (con un saborazo a foie tremendo) y de una cazuelita de cremoso rebuchón, ya tienes un plato de 10.
Tarta de queso
Y, como no, llegó el momento del postre. Y lo tuvimos claro: su tarta de queso. Aunque bueno, no era la convencional. Aquí se destila una tarta rollo quesada, elaborada con varios quesos españoles bien potentes de sabor y con denominación de origen.
Y con esto y un bizcocho (o medio, que nos hemos quedado bien llenos) nos despedimos hasta la próxima ?
Somos Susana y Fabio, foodies empedernidos, viajeros y diseñadores de experiencias gastro (eat & love studio). Te recomendamos los mejores locales de Madrid. ¿Te apuntas a comer y amar con nosotros?
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