Tú, disfrutón, que naciste con una enchilada debajo del brazo. Tú que desafiarías a la mismísima Frida Kahlo a beber margaritas. Tú que te declaras...
Para cuando llega el buen tiempo a Madrid (o el calor de mil demonios, hablemos con propiedad) nuestros planes de huida ya están perfectamente tramados...