Hará ya un par de veranos que entramos en un espacio llamado The Pattisier. Aquello era un paraíso que no supimos describir: se destilaban palomitas de tomate y orégano, brioches dulces y seis sabores de helado artesano que sabían a magia. Probamos uno y, cuando nos dijeron que este proyecto experimental de Ricardo Vélez había nacido pop-up y que cerraría en septiembre… el barquillo (artesano, of course) casi se nos cae al suelo del susto. Lloramos y pataleamos como un niño al que le castigan sin chucherías. Pero como el chef del cacao hace y deshace a su antojo, pudimos seguir disfrutando de este rincón mucho más tiempo. Ahora, por fin, ha abierto su segundo local The Patissier (esta vez, la heladería definitiva) en Ibiza 42 -Bulbiza-. Agárrate, porque es locurón. ¿Listo? Apunten… ¡Helado!

 

eat&lovers

Nuestro eat&lover en The Patissier es Ricardo Vélez. El chef del cacao y orgulloso padre de Moulin Chocolate (y Moulin Estudio del Chocolate) una de las mejores pastelerías de Madrid dedicadas al mundo del buen cacao. Formado en la Escuela Superior de Pastelería de la Comunidad de Madrid y en distintos cursos con la firma francesa de chocolates Valrhona.

Tras un buen ‘puñao’ de nombramientos y premios decide abrir The Patissier como ”laboratorio” de ideas y punto de encuentro. Un paraíso para los morros finos a los que nos pierde el mundo del dulce y nos mola jugar con él. Pero hizo unos helados tan -tan- orgásmicos que, no sabemos si por petición popular o iniciativa propia, decidió abrir un segundo local. Esta vez de los que se quedan. Situado en pleno centro de Bulbiza (el colectivo gastro de la calle Ibiza que lo está petando).

food&love

¿Y a qué se viene a The Patissier? Pues a escuchar heavy metal y a comer unos helados que ni has probado ni vas a probar en ningún otro sitio de Madrid. No exageramos. Olvídate de comer este dulce solo en verano porque eso ya no se lleva. Si vienes fliparás con cualquiera de sus 12 sabores de helado elaborados con producto de temporada que irá cambiando según estacionalidad. Y es que, aunque lo que te vendan por ahí sean helados artesanos, tienes que saber que la mayoría vienen hechos con pulpa congelada. En The Patissier se preparan con fruta fresca y leche ecológica.

Los tienes de Vainilla Habana, Fresas con Nata (increíble), Tarta de limón (babeamos), Avellana Piamonte, Leche merengada y tocino de cielo, Steussel Cacahuete (para bañarte en él), Pan, chocolate y aceite o el de Caramel, entre otros. Los podrás pedir en tarrina pequeña o mediana, en tarrina grande para llevar, en su adorado brioche (otro rollo) o en el barquillo artesano que te hacen en ese mismo instante en el que pides tu helado. El local se empapa de ese olor tan glorioso y cuando el helado lo moja se convierte en una experiencia in-des-crip-ti-ble.

La cosa no acaba aquí, sino que aún habrá otros dulces estrella. Uno de ellos (que tienes que probar sí o sí) es su tarta de chocolate fundente. Elaborada a base de chocolate Guanaja de Valrhona, mantequilla Elle & Vire, huevos frescos y azúcar glass (y sin gluten, ya que su harina viene del arroz). Un disparate que te preparan en tan solo 18 minutos y lo dejan listo para que te lo lleves a tu casa y te mueras del gusto zampando. Ojito que también proponen mermeladas y conservas de frutas para llevar o cremas para untar de caramelo & flor de sal, lima & limón o café.

Esperamos que te haya enamorado el flechazo de hoy tanto como a nosotros, porque sin duda alguna es uno de esos sitios especiales que hay que probar (una y otra vez). Y con esto, y otro helado, ¡me despido hasta la próxima!

 

 

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