Te toca ir al curro (sí, en la nueva normalidad te tiene que ‘tocar ir’ -por evitar la ‘lata de sardinas’ y tal-). Que si papeleo, que si gel hidroalcohólico, que si 8 horas con los ojos en sangre frente al ordenador, que si gel hidroalcohólico, que si la ensalada de máquina que te comes sentado en la silla de la oficina, que si gel hidroalcohólico… y así, en bucle. ¿La mejor medicina? Ir a tomarte ‘un algo’ a un sitio real, sencillo y sin pretensiones. Donde te tires a la Bartola y por fin -si es que es posible en los tiempos que corren- te relajes. Un sitio como Treze Bar. O lo que es lo mismo: la cocina de mercado llena de sabor con toques cañeros que te pone Saúl Sanz en el plato (dentro del propio restaurante Treze, pero en su propuesta más informal de barra que nos requeteflipa). Porque aquí lo de engatusarte con comida reconfortante y hacerte sentir como en casa llevan años haciéndolo muy, muy bien. Atento a este hit del barrio Salamanca… Te contamos a la de ya todas las cosas ricas que probamos ?

Hace ya un tiempito que los eatandlovers conocíamos la comfort food (cocina que reconforta, esa llena de sabor que da gustico al rebañar plato) de Treze. Sus creadores son Saúl Sanz y Elena Ursu. Pareja de fogón y de manita con buenísima trayectoria tras su paso por locales como Balzac, Zorzal y Zaranda. Juntos crearon en 2008 al protagonista de hoy: un restaurante que nació en la calle San Bernardino (zona Plaza de España) y que 4 años después evolucionó a un local de dos plantas en el barrio Salamanca. Y como no hay dos sin tres, se lanzaron a por otro cambio de local. Ahora puedes encontrarlos en el 36 de General Pardiñas, pero seguir gozando de un recetario tradicional que no ha cambiado su calidad ni un poquito.

Cuando cruzas la puerta del nuevo Treze de repente te sientes como si entraras en casa. O, al menos, en un lugar donde te van a mimar el estómago de verdad. Un espacio diseñado por la interiorista Marta Zarzalejos donde encontrarás dos partes: por un lado su gran salón al fondo del local, donde ofrece su apoteósica carta (y un tremendo baño de luz natural cortesía del patio interior -que nos encanta-); por otro, la verdadera protagonista de hoy: la barra (la barra de Treze Bar, que dirían ellos). Ah, y con cocina a vista, por si quieres vivir en directo cómo preparan lo que probarás en tu visita. A su lado unas cuantas mesas y sillas altas para un homenaje a medio camino entre la informalidad y la perola de guiso. Perfectas para un medio día entre amigos o compis de curro, unas medias raciones con tu madre o una comilona de las de siesta. Y todo en un local cómodo y elegantón, pero sin pretensión alguna.

 

 

¿Cuál es la propuesta gastro de Treze Bar? La carta de su salón sigue siendo de mercado, estacional, con sabor y mucha contundencia. Su barra no se va muy lejos del concepto: simplemente lo hace más de ‘estar por casa’ y le añade clásicos de bar y medias raciones muy resultonas que, al igual que el sabor de su propuesta formal, no falla jamás. Su recetario es un clásico lleno de guiso y casquería, pero con un toque moderno que les lleva más allá.

La carta de Treze Bar sigue destapando la pasión del chef por la cazuela, pero nos propone recetas de barra sin chaqué, de las de aperitivo intocable. Por ello ofrecen raciones convertidas en clásicos, como sus torreznos -de aúpa-, las croquetas de ibérico, o la ensaladilla rusa, pero no se olvidan de traer sus hits de siempre y adaptarlos al nuevo formato (perfecto para compartir) como han hecho, por ejemplo, con sus brioches (ojo al de mici de carne a la brasa con mostaza de rábano y pepinillo encurtido). Sus patatas con salsa bravioli, la cecina de vaca gallega madurada o los jugosos buñuelos de bacalao.

Peeeeeero, si te entra nostalgia de sus platos más contundentes, la carta de Treze Bar añade algunos para que los disfrutes igual que siempre. Entre ellos han incluido el clasicazo de molleja de ternera sobre manitas de cerdo y curry rojo, y otros como los carabineros con arroz cremoso o la codorniz de las Landas en escabeche de Jerez. Todos sus platos son acierto seguro, así que no te molestes en dudar. Eso sí: ten muy presente sus fuera de carta porque siempre sorprenden. Muchos de ellos los encontrarás en su menú de medio día, que también está genial.

¿Para regar? Una comida de barra siempre necesita ser bañada en un buen brebaje. En Treze tienen una buena carta de vinos, con algunas etiquetas muy acertadas. Pero vamos, que si te dan las mil… el sitio destila afterwork por todos sus poros. Así que no te cortes y pídete un buen copazo como broche final ? Ahora, sin más rodeos, ¡te contamos qué comimos en la propuesta de barra del mítico Treze!

 

– TREZE BAR, PLATO A PLATO –

 

Vieiras con ají de mango

Estas vieiras con ají de mango y cebolla morada son el entrante perfecto. Súper fresquitas y con un saborazo que te va anunciando la buena comilona que se viene después. Este plato está fuera de carta (échales un ojo a todos los ‘fueras’, porque aquí lo petan) pero puedes pedirlo porque nos juraron y perjuraron que lo mantendrán mucho tiempo. Hazlo, ¡por favor!

 

Ensaladilla: Elena vs Saúl

Aquí reinan 2 ensaladillas: la Elena elaborada a base de pepinillos encurtidos, mostaza dulce, embutido alemán, yema y clara de huevo y pimiento del piquillo; y la Saúl, con ventresca de bonito, huevas de arenque, huevas de trucha y aceitunas. Nosotros pedimos la primera y no veas cómo estaba. Cremosa cremosa y con nuevos sabores (diferentes a lo que nos tiene acostumbrados la típica ensaladilla rusa).

 

Focaccia de roast beef

Esta focaccia fue una buena sorpresa. Menudo saborazo y qué puntazo el picantito que lleva. La preparan con roast beef, mostaza de chile (oh sí baby) y crudités. Súper recomendable probarla (junto a su brioche -con mici de carne a la brasa, mostaza de rábano y pepinillo encurtido – es de esos platos de barra donde se funden buen producto y ese canallismo que tanto nos gusta.

 

Chipirones salteados

Estos chipirones con un sabor in-cre-í-ble venían sobre una original pasta bucatini y una salsita de curry amarillo que le daba un puntazo final brutal. Producto de mercado con un giro genial que nos hizo lamer el plato del gusto, ¡oiga!

 

Carrillera de ternera en guiso

El último plato salado fue este de carrillera de ternera en guiso tradicional con puré de patata y celeri (apio). La carne de primera y bien jugosa, la salsa melosa y el puré de patata muy suave. Además añadieron unas patatas fritas cortadas en cuadrados bien crujientes on top geniales.

 

Tarta de queso

Parece una tarta de queso cualquiera, pero no lo es. Esta la hacen con queso Gamonéu: un tipo de queso azul que elaboran en algunas aldeas de Onís (Asturias). ¿La base? De galleta. En general un buen revuelco al paladar. Si no te gusta el queso fuerte, mejor elige otro postre. ¡A nosotros nos pareció muy correcta!

 

Mousse de chicle, cereza y helado de violeta

Para un cierre de barra a todo color quisimos probar este postre tan veraniego y original que compensara la ‘tradición’ de la tarta de queso. Lo que ves es un potente mousse de chicle (sí, de esos que comíamos cuando éramos pequeñines), una salsa de cereza bien potentorra y un helado de violeta suavecito para rebajar el sabor de lo anterior. Ah, y además lleva un toque de peta-zeta ?

 

Esperamos que te haya gustado la experiencia plato a plato en la barra de Treze. Recuerda que también puedes probar el restaurante (es un clásico que nunca falla) y, si quieres algo más informal, darte un homenaje tabernero en la zona de barra con la calidad de la otra carta.

Y con esto y un bizcocho, ¡me despido hasta la próxima!

 

 

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