Dios lo sabe. Tú lo sabes. Cuando se trata de guarrear helado, el auténtico gozador no entiende de estaciones, sabores o tamaños. Lo ama por…
Hace calor. Mucho, mucho calor. Te arrastras por la calle a duras penas, mustio/a como una piel de plátano, abriéndote camino entre ese aire denso…