Tenemos que confesarlo: nos pirran las hamburguesas (lo sabemos, no somos nada originales). Por eso, cuando la semana pasada los chicos de Hamburguesas en Madrid nos invitaron a unirnos a #burgersandvinos -organizado por la hamburguesería Buns en colaboración con Enolo Box-, nos pusimos como locos de contentos. El evento, en el que pudimos conocer a un montón de blogueros (un saludiño a Cooking and disfruting, FoodStorming y a nuestras compañeras de guerra, las súper Madqueens) y cocinar nuestra propia hamburguesa fue divertidísimo y, por si fuera poco, ganamos el concurso de cata ciega de vinos y con ello, ¡una suscripción a Enolo Box durante tres meses! : – ) Pero como no queremos aburriros, ni daros envidia de la mala, vamos a ir al grano. Buns nos ha conquistado. Nos encantaron sus exquisitas hamburguesas pero, sobre todo, nos encantó su filosofía antifastfood.
Y es que el McDonalds ha hecho mucho daño. Porque una buena hamburguesa no se zampa, se degusta -si vamos a ingerir calorías, mejor disfrutar de ellas, ¿no?-. Despacito y relajadamente y, por qué no, junto a una copa de vino o un combinado. Este es el concepto sobre el que se sustenta Buns, un local con una decoración acogedora de estilo ‘moderno de mostacho’ (ya nos entendéis) y con un servicio estupendo que os hará sentir como en un restaurante.
Porque Buns es un restaurante que se enorgullece de cocinar hamburguesas. Por eso su cocina se exhibe abiertamente a los visitantes del local: puedes encontrarla con facilidad de camino al baño y echarle un ojo de refilón. Si lo haces, verás a un equipo de cocineros apasionado por las hamburguesas. Fueron ellos los que nos contaron, con todo lujo de detalles, el mimo que ponen a sus burgers: 100% carne de vaca rubia gallega -hecha a la parrilla de carbón de encina-, un pan buscado a conciencia (jugoso como un brioche, pero sin ser dulce) y vegetales frescos.
En Buns las hamburguesas no son lo único que está rico: en la carta tenéis una buena selección de entrantes. Nosotros nos quedamos con la ensalada César, que siempre cae bien antes de una hamburguesa (y contribuye a callar a Pepito Grillo), las patatas y las alitas de pollo con mostaza y miel.
De entre las hamburguesas (que están por encima de la media en calidad y muy por debajo en precio, en torno a los 7€) tuvimos la suerte de probar esta delicatessen: la hamburguesa de otoño, con mayonesa de trufa y boletus. En ‘dos palabras’, DI-VI-NA. La pena es que era temporal y ya esta fuera de carta : ‘ ( Desde aquí os suplicamos (sí, ¡no exagero!) que nos la devolváis. Una delicia así no puede ser tan efímera y echamos de menos este tipo de propuestas en una carta que nos ha parecido muy clásica.
Además, nuestros compañeros blogueros de Cooking and Disfruting y Food Storming nos hicieron relamernos los dedos con esta estupenda ‘Olé tus nachos’, una hamburguesa que fusionaba sabores mexicanos y españoles y que ganó el concurso de cocina que el restaurante organizó entre nosotros. La encontraréis muy pronto en la carta : – )
En definitiva, disfrutamos de una gran suma de sabores (a los que tenemos que añadir nuestra ‘Geisha de Navarra’, con piquillo, shiitake, especias asiáticas y queso, que quedó segunda en la clasificación) que el (buen) vino transformó en una experiencia 100% gourmet, y que estamos deseando repetir (aunque en Buns de momento apenas ofrecen vinos los dueños nos han contado que quieren apostar por esta fórmula innovadora, porque una buena hamburguesa puede casar mejor con un vino que con una Coca Cola: ¡les animamos a hacerlo!).
Después de este banquete, diréis, es imposible que quepa nada más. Y, sin embargo, devoramos el delicioso brownie de chocolate con vainilla (un postre que tenemos muy visto, pero que no nos cansa nunca) de Buns.
Desde aquí os animamos a visitarlos (los encontraréis en la calle López de Hoyos, en el barrio de Salamanca) y brindamos por su éxito. ¡Qué viva el antifastfood!
Gracias a vuestro blog conocí el Buns y he de decir que me encantó. Ya es la segunda vez que voy, primero con la familia y luego con un amigo. El precio calidad es buenísimo y me gusta poder elegir entre los diferentes ingredientes para hacer una hamburguesa única. Además cuando le pides la hamburguesa poco hecha te la dan poco hecha, parece una tontería, pero no siempre te hacen caso.
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