SSiempre hemos sido dos urbanitas declarados (Susana un poco más que Fabio, eso sí): nos gusta vivir en el cogollín (cuanto más al centro, mejor, por favor), coger metros arriba y abajo, sentir el ansia del ‘culo inquieto’ en la piel cada día (no nos perdemos ni un sarao) y llegar a casa arrastrando los pies por las aceras, pero desbordantes de nuevas experiencias. Con todo, hay que decirlo, hay días en los que Madrid nos mata (en el mal sentido de la palabra) y el cuerpo nos pide, como diría Amaral, “gritar, salir, salir corriendo”. Uno de esos días, hace no mucho, nos dio la ínfula y nos escapamos a San Lorenzo de El Escorial. Allí descubrimos un pequeño oasis de paz y tranquilidad, con unos paisajes espectaculares para perderse (y nosotros que creíamos que la Sierra no le iba a llegar ni a la suela de los zapatos a nuestras verdes montañas del Norte…) y, lo más importante, un paraíso ‘foodie’ insospechado en el que disfrutar de una cocina de proximidad y de temporada para quitarse el sombrero en restaurantes como Montia (1 estrella Michelín) o AmetStudio, a precios mucho más asequibles que locales de nivel similar en nuestra querida capital.
¿Te escapas con nosotros? (venga, ¡que lo estás deseando!)
Como buenos habitantes del centro más centro de la ciudad, no tenemos coche. Por eso mismo, al principio nos daba un poco de pereza mover el culete para salir de Madrid. Sin embargo, no hay excusa que valga: hay un montón de destinos interesantes accesibles en Cercanías: Toledo, Segovia, Navacerrada… y, sin ir más lejos, San Lorenzo de El Escorial, a sólo una hora de Madrid. Una escapada que merece muy mucho la pena si lo que quieres es hacer un paréntesis (gastronómico, natural, arquitectónico y cultural) en tu vida de ajetreado urbanita.
Y es que, aunque no lo creas, El Escorial es mucho más que El Escorial (valga la redundancia). Porque, aunque el famoso Monasterio es visita obligada (os recomendamos comprar antes las entradas por internet para evitar colas) la naturaleza que lo rodea bien merece una nochecita fuera de casa (te recomendamos alojarte en pleno centro, en la encantadora buhardilla del Hotel Posada Don Jaime, perfecto para una escapada relajante y romántica y muy bien de precio -desde 55 € la noche la habitación doble-). Aunque como buenos norteños, nos cueste un poco admitir que en Madrid pueda haber unos paisajes capaces de competir en belleza con los nuestros, hay que reconocer que aquí el entorno es una pasada: no os podéis perder un paseo por el precioso bosque de la Herrería (en el que está la famosa silla de Felipe II y que es perfecto para disfrutar de un picnic entre árboles centenarios como el que prepararon nuestras amigas de Picniquette) y, si tenéis ganas, animaos a ascender hasta Las Machotas para disfrutar de las vistas y de paso quemar todo lo que vais a comer (que será mucho).
Porque ahora vamos a lo que nos interesa: en la zona de El Escorial se está cociendo una pequeña revolución gastronómica de la mano de chefs jóvenes enamorados de la sierra que han decidido lanzarse a hacer una cocina con raíces y de aires naturales, pero innovadora y creativa, que parte siempre del total respeto por el producto local. ¿Con ganas de saber más? ¡Ahí vamos!
AMETSTUDIO: LA SIERRA SE COME, SE VIVE Y SE AMA
Nuestra primera visita gastro fue a AmetStudio, el nuevo proyecto de Lucas González, chef formado en la prestigiosa Escuela Vasca de Luis Irizar y de la mano de Juan Mari Arzak, Pedro Subijana e Hilario Arbelaiz, que fue tachado de loco por muchos cuando, siendo super jovencito, en el año 2003 abrió su restaurante Amets en San Lorenzo de El Escorial, en el que comenzó a dar rienda suelta a su creatividad culinaria con los productos de la zona. A pesar del reconocimiento que obtuvo (fue nombrado como uno de los 5 mejores cocineros de setas de toda España) el proyecto no terminó de arrancar y cerró al cabo de un tiempo. Pero ahora, aprovechando el nuevo auge de la cocina de cercanía y natural de la que Lucas ya fue pionero, ha vuelto con más fuerza que nunca con Ametstudio.
Para hacerlo, ha adaptado un espacio tipo loft en las afueras de San Lorenzo (no es fácil llegar andando, eso sí) en el que ha armado un pequeño estudio, cálido y acogedor, decorado de forma muy personal por él y su equipo más cercano, en el que podrás cenar a tu gusto al calorcito de una lumbre de leña y con la cocina totalmente a la vista, separada de los comensales solo por una barra.
Por ahora AmetStudio solo abre los fines de semana bajo reserva previa, pero no suele haber problema si avisas con una mínima antelación. Allí Lucas y su equipo ofrecen un menú degustación cerrado que, como no puede ser de otra manera, se prepara con los mejores productos del bosque y la montaña, proporcionados por productores de la zona, a los cuáles Lucas aplica toneladas de técnica y creatividad para montar platos espectaculares, pero siempre honestos. El coste del menú es de 50 euros e incluye un maridaje con vinos de Madrid, por lo que la relación calidad-precio es inmejorable.
La propuesta gastronómica va cambiando según la época del año, pero nosotros tuvimos la suerte de visitar AmetStudio a principios de diciembre, en temporada de setas. Y es que Lucas, como ya te contamos, es un loco enamorado de los hongos, que no sólo los cocina, sino que sale a buscarlos personalmente en los rincones más recónditos de La Sierra.
Para que vayas haciendo boca, te chivamos algunos de los platos que catamos en nuestra memorable visita: delicias como mousse de pato con trompetas de la muerte (una de las setas favoritas de Fabio); bacalao con lactonesa al Pomodoro; encurtido de verduras y setas de lengua de vaca; foie fresco sobre cama de boletus y trufa negra con crudités; degustación de quesos de La Cabezuela… Y un espectacular postre que combinaba las natillas de la abuela con mermelada de azafrán, gelatina de ponzu, cerezas negras y chocolate. Todo un despiporre de creatividad con la seta y los productos locales como protagonistas.
Y las sorpresas no acaban aquí porque ahora, en enero, están trabajando un nuevo concepto de menú, “preparado con calorcito y cariño” al que llaman ‘Groove’. Son 7 tracks gastronómicos, distribuidos de la siguiente manera: snacks del mar, tataki de atún, interpretación de huevo frito, paloma de bosque, wagyu o corzo, quesos y torrija rellena de crema de azafrán. Y además, acompañados de 4 cambios de vino de la bodega Rubor. ¡No os lo perdáis, porque también pinta estupendo!
MONTIA: EL MONTE, EN TU PLATO
El restaurante Montia no necesita presentaciones. Después de poco más de 3 años en acción, este proyecto de los jóvenes chefs Daniel Ochoa y Luis Moreno ya se ha convertido en uno de los restaurantes más famosos de la Comunidad de Madrid, hasta el punto de haber conseguido su primera estrella Michelín el año pasado. Lejos de habérsele subido a la cabeza, en Montia siguen dando lo que mejor saben: una cocina natural y creativa de aires campestres y montañeses basada, como no, en los mejores productos de proximidad y de temporada, y una atención cuidada pero informal y cercana, muy alejada del aire estirado de otros restaurantes ‘de postín’.
Montia está muy bien situado en el centro de San Lorenzo de El Escorial, por lo que acceder desde Madrid es súper fácil. Eso sí, prepárate a planear tu escapada gastro con antelación: para los fines de semana hay una lista de espera de 3 meses, mínimo. Una buena idea si no quieres esperar tanto y puedes escaparte pronto del trabajo es hacer como nosotros y reservar el viernes a las 15:00h: con una semana de antelación bastará para conseguir sitio.
Decorado de forma sencilla con tonos blancos, toques de madera y hojas secas, y presidido por una chimenea de hierro que en invierno siempre está encendida, Montia es un restaurante moderno y elegante (sin resultar pretencioso) y acogedor. Pero lo mejor es sin duda la cocina: el menú degustación de Montia (que cambia cada semana según los productos disponibles y la creatividad del chef y que no puedes conocer antes de llegar) es simplemente espectacular. Prepárate a flipar con platos con materias primas inmejorables y combinaciones de sabores sorprendentes (lo mejor es ir en otoño-invierno y disfrutar de productos de la montaña con las setas o la caza). Los menús que puedes probar son el corto por 38 € (solo si no tienes mucha hambre), el largo por 52€ (con el que te quedarás lleno seguro) y el extra largo por 58 € (con un plato extra, solo para comilones). Además, recomendamos sumar a cada uno el maridaje correspondiente de cerveza artesana y vinos (el del menú largo son 18 euros más por persona, sumando en total 70€): alucinarás con lo que vas a catar (vinos orgánicos, vinos naturales sin filtrar que casi parecen casi sidra, variedades de uva insospechadas…).
Nosotros nos animamos a ir a por el menú largo y quedamos más que encantados. Entre otras cosas, probamos platos e ‘interludios’ como las tostas de tocino y pechuga de paloma ahumada, queso y angula de monte; un escabeche de verduras y paloma torcaz; molleja de ternera a la brasa con crema de col rizada; guiso de berenjena y carpaccio de langostino con crema de zanahoria morada; conejo relleno al ajillo, alcachofas y senderillas; pasta fresca de liebre y boletus pinícola; jarrete de jabalí en salsa de civet con crema de castañas al vermouth y trompetas; quesos artesanos con sus compotas caseras; macarons de limón con helado de limón y apio, ajo negro y vainilla… Todos y cada uno de los platos, además de espectacularmente presentados, estaban buenísimos, gracias a la buena técnica de estos grandes chefs y al inmejorable producto utilizado.
OTRAS OPCIONES FOODIES
La oferta gastronómica de la zona no se acaba en AmetStudio y Montia. Poco a poco empiezan a aparecer nuevos proyectos de chefs jóvenes y modernos que se unen a esta ola por la cocina local y de temporada, y que tenemos ganas de probar en próximas visitas. Un buen ejemplo es el restaurante ValhallaExperience, ya en el núcleo de El Escorial (pueblo distinto más cercano a la estación de trenes). Allí, Héctor se centra en ofrecer menús degustación con maridaje según la filosofía slow food (desde 30 € el corto a 50 € el extralargo, más maridajes), preparados también con los mejores productos de la zona, pero quizás de aires más internacionales (se habla muy bien de su steak tartar y de su ceviche).
Y por cierto, no todo va a ser modernidad: en el centro de San Lorenzo de El Escorial hay un montón de sitios de tapas muy apetecibles y permanecen algunos grandes restaurantes clásicos que también merecen una visita, como El Charolés, muy famoso por su cocido. Eso sí, el precio medio a la carta del restaurante (50-60 € por persona) quizás es un poco excesivo para la cocina que sirve, más sencilla y clásica.
Y, con esto, nos despedimos de nuestra deliciosa escapada a San Lorenzo de El Escorial, ¿te animas a descubrirlo? ¡Comparte tu experiencia con nosotros en los comentarios! ?
Con cariño,
Susana & Fabio
¿Sois conscientes de que El Escorial y San Lorenzo de El Escorial son dos pueblos distintos? Os pasáis el post mezclando los nombres y no es correcto.
Lo sabemos, de hecho lo mencionamos al final del post cuando hablamos de que el núcleo de El Escorial es distinto y está más cercano a la estación de tren. En todo caso, muchas veces la gente habla de la zona de EL Escorial por abreviar, y creo que se entiende a qué nos estamos refiriendo en cada momento (de todos modos, por si acaso hemos cambiado un par de menciones al lugar en el que no quedaba tan claro, especificando que ahí hablamos de San Lorenzo). Gracias por comentar, un saludo!
Y dale con El Escorial. El Monasterio se llama Real Monasterio de San Lorenzo y está situado en San Lorenzo de El Escorial.
El vecino pueblo de El Escorial, no tiene monasterio.
Gracias por la aclaración Willy. En todo caso, somos un humilde blog de ocio y gastronomía, no pretendemos garantizar fidelidad a la toponimia oficial o histórica, sino simplemente hablar de nuestra experiencia personal en un paraje, y no nos parece grave utilizar nombres que normalmente son de uso común y popular. Si quieres preocuparte al respecto, nosotros modificaríamos antes el artículo de la Wikipedia titulado “Monasterio de El Escorial” (https://es.wikipedia.org/wiki/Monasterio_de_El_Escorial) o la propia web de la comunidad de agustinos del monasterio (http://www.monasteriodelescorial.com/), porque a efectos de exactitud geográfica e histórica seguro que el hecho de que ahí esté correctamente nombrado es más importante. ?