QQué le vamos a hacer, somos unos nostálgicos. Nos las damos de ‘modernetes’, es verdad, pero al final, nada como unas croquetas caseras, una fabada de esas que quitan el hipo o un simple pollo asado con patatas -crujientito y sabrosón-, de esos que te teletransportan cual Ratatouille a tu más tierna infancia, cuando eso de ser foodie sonaba a chino y te limitabas a rechupetearte los dedos con la cocina de mamá (a riesgo de recibir un sopapo por maleducado/a). Recoger esos sabores y aromas del pasado es el propósito de Aire, una rotisserie con reminiscencias rurales, pero moderna, que apuesta por una cocina de verdad, honesta y basada en un solo producto que miman con esmero de abuela: las aves, todas criadas felices y en libertad en las granjas más sostenibles de Europa. ¿Vamos a volar?
Aire es un proyecto de Erika Feldmann e Ignacio González-Haba, que después de triunfar con los restaurantes La Lumbre en La Moraleja y Montana en calle Lagasca se han mudado a un local espectacular en el barrio de Chamberí. En cuanto entras por la puerta, la atmósfera, entre urbana y rural-chic, ya tiene algo distinto y nostálgico: y es que en la decoración predominan la madera y los detalles retro que quieren ser coherentes con los sabores clásicos y auténticos que ofrece su carta. Desde las servilletas de lino a la cubertería de diseño o la vajilla vintage, todo está cuidado al milímetro.
El local se divide en dos espacios: una parte de abajo, muy luminosa y decorada con troncos, perfecta para un picoteo más informal, y una zona de comedor con un protagonista claro: la cocina vista, situada detrás de una barra que permite a los comensales ver como las aves se asan lentamente sobre las brasas crepitantes.
Como te hemos contado, la carta de Aire se basa casi al 100% en las aves. Pero ojo, no en cualquier ave: su trazabilidad está garantizada y proceden en exclusiva de granjas sostenibles de España y Francia (gestionadas por productores de gran reputación y ganadores de varios premios, como el extremeño Eduardo Sousa de La Patería de Sousa, cuyo foie gras ecológico ha sido premiado hasta en Francia), dónde viven en libertad y alimentándose en exclusiva de cereales naturales. Así que, si la carta de Aire te parece -comprensiblemente- algo subidita de precio (el coquelet, que es pequeñito, cuesta 16 € + 3 € de salsa + 2 € de guarnición) ten en cuenta al menos que difícilmente encontrarás un ave que haya sido criada con más mimo en ningún restaurante de Madrid.
La cocina de Aire, coherente con su defensa de la vuelta a los orígenes, parte principalmente de recetas tradicionales para preparar las aves de España y Francia, pero también podrás encontrar toques asiáticos e internacionales. Su gran especialidad es el asado en rotisserie (la mejor manera de asar las aves en su propio jugo) sobre brasas de madera de sarmiento y de encina (así preparan el contramuslo de gallo, pichones, pato… y, sobre todo, su plato más conocido: el coquelet), pero hay muchos otros tipos de preparaciones: desde primeros tan apetitosos como sus cremosas croquetas de ave caseras o sus gyozas de espinacas, oca, foie y jengibre o segundos como el jarrete de oca glaseado con puré de patatas o las fabes asturianas con perdiz.
En cuanto a su oferta de vinos, Aire tiene una carta en la que destacan los vinos biodinámicos ecológicos con precios que van de los 14 a los 34 euros.
Como siempre, te contamos nuestra experiencia plato a plato:
– Aire, plato a plato –
Codorniz marinada y en tempura
En la carta destacan que este plato es un homenaje a Nobu, el famoso restaurante japonés de Nueva York en el que triunfaba la codorniz rebozada en panko. Se trata de jugosas tiras de pechuga de codorniz royal (procedente de la finca Marie Hot) que son marinadas en soja y salsa chili garlic y luego fritas en tempura, y que se sirven acompañadas de una microensalada y salsa picante. Un plato divertido de aires más exóticos, que aconsejamos como uno de los mejores entrantes.
Croquetas de ave caseras
Es una de las grandes especialidades del restaurante, y con razón: su masa, realmente casera, es suave y cremosa (muy distinta a las más habituales de jamón o cocido) y se nota en la intensidad del sabor la calidad de la materia prima utilizada. Además, la textura y consistencia crujiente pero ligera del rebozado es perfecta. Unas croquetas ricas, ricas, dignas sucesoras de las que hacían nuestras abuelas.
Albóndigas de faisán
Estas albóndigas recuerdan a priori a las de toda la vida, pero la delicadeza de la carne de faisán les da una textura y sabor muy especiales. Se acompañan con un cremoso y suave puré de apionabo, esparragos verdes y patata cerilla. Un plato de aires caseros muy recomendable con un solo pero: un poco justita la ración.
Coquelet en rotisserie
La especialidad de la casa es el coquelet -un pollo que oscila entre 500 y 900 g.- asado en rotisserie en su propio jugo. Las piezas proceden de de la finca Marie Hot y la calidad de su carne se nota, aunque como punto crítico hay que decir que quizás le faltan algo de textura y sabor del clásico pollo de corral al que estamos acostumbrados y el tamaño, aunque comentan que se puede compartir fácilmente entre 2 personas, hace que sea más adecuado para un solo comensal. El punto que le da el asado en rotisserie es, eso sí, perfecto. Los acompañamientos pueden ser muy variados, y puedes elegir una guarnición (patatas, puré, verduras al vapor…) y salsas de varios tipos, desde las clásicas provenzal o pepitoria (las que nosotros probamos, que ese día nos sentíamos nostálgicos) o las teriyaki o thai picante, más exóticas.
Tarta de limón
Para cerrar no podía faltar nuestro inevitable toque dulce con una tarta de limón al estilo más clásico, con un merengue bastante ligerito y un punto de acidez adecuado, muy rica.
Y con esto nos despedimos por esta semana : ) ¡Recuerda dejarnos tu opinión sobre Aire Restaurante en los comentarios de abajo!
Con cariño,
Susana & Fabio
Pase por Aire unos días antes e Navidad para una comida rápida de trabajo.
El trato perfecto y la carta … sin palabras.
Compartimos un plato de codorniz y luego como plato principal las albóndigas y el guiso del día.
Como bien comentas la codorniz es muy muy recomendable.
El precio … pues no es como para ir todos los días pero si para acordarse de Aire cuando tengas ña necesidad de darte un pequeño homenaje.(el sitio y la carta lo merece).