Se está creciendo la calle Ibiza que da gusto con solo olerla, ¡mami! Entre tantos ‘must‘ como La Retasca, Bistronómika o The Patissier nos estamos poniendo las botas a base de buenas comilonas. Y eso está genial, claro. Pero… ¿y qué pasa con el gustazo de tomarse una copa? Y no, no hablamos de beber cerveza (la reina indiscutible de la fiesta en Madrid), sino uno de esos vinos de pequeños productores tan especiales. Si esta calle juega en otra liga con la comida, ¿por qué no hacerlo con una propuesta líquida? Hace no mucho que hemos descubierto El Marginal: el proyecto de vinatería traído por los creadores de la tienda de vinos La Tintorería. Un espacio muy hygee que juega alrededor del vino y calma estómagos con productos muy bien seleccionados. ¿Estás listo para ver qué se cuece aquí dentro? Empezamos en 3, 2, 1…

 

eat&lovers

El Marginal ha sido creado por César Ruiz, Flequi Berruti y Nacho Jiménez. Tres amantes del mundo del vino que han querido continuar con la historia de un viejo local que, en los 80, se dedicaba a lo mismo bajo el nombre de Buen Provecho. Ahora, como una extensión de su tienda La Tintorería, resucitan el espacio para hacer un mega match con el plan gastro que se trae entre manos la calle ibiza. Ahora han formado a un equipo de sumilleres y/o enólogos al otro lado de la barra. Porque no solo buscan vender: quieren crear cultura del vino.

Y además lo han hecho en un espacio muy hygge. Un semisótano de colores cálidos e iluminación tenue, perfecto para bajar a refugiarse solo, en pareja o con amigos. Y es que su aura acogedora y los diferentes formatos de mesas lo hace bien versátil. Reinan las mesas y sillas altas y una bonita barra. Pero, si lo prefieres, tienen una amplia mesa de madera para 8 personas que puedes reservar para marcarte un buen picoteo.

 

food&love

Este espacio se articula, como hemos dicho, en torno al vino. Siendo el mayor prota de la peli. Por eso cuentan, además de con una preciosa bodega a vista llena de botellas, con una carta de 101 referencias. Ni una más, ni una menos, y de las que cada día se hace una buena selección para servir por copas (unos 30 aprox). Son vinos fugaces porque van cambiando de forma casi habitual, pero están elegidos con mimo. Y la cosa no acaba aquí, no. Además atesoran un libro donde tienen archivados vinos confidenciales que han ido guardando a lo largo de su trayectoria. Botellas desaparecidas, inéditas en Madrid o de productores muy exclusivos. Una colección que ya tiene unos 20 años a sus espaldas y que guardan como si fuera oro. Porque en cierto modo, lo es. Por eso han querido esperar hasta ahora para poder ofrecerla al público.

En general ofrecen vinos de cada rincón de España y del resto del mundo. Pero con una norma bien marcada: su relación con el productor tiene que ser cercana y su proceso de elaboración de lo mejorcito. Si no, no tienen cabida en El Marginal. Y es que tienen que ser maridados con una oferta bien jugosa de tapeo. Una carta no muy extensa donde ofrecen cositas variadas. Como sus tablas, donde reinan los ibéricos de Carrasco, la butifarra de Cal Rovira y algunos quesos. Pero también conservas muy especiales, como las de sardinas o mejillones de Güeyu Mar. No se olvidan de platos un poco más contundentes, como la ensalada de pimientos y ventresca, las croquetas de mar y montaña o el estofado de jabalí. Rematan con una buena oferta de fin de semana donde se sirven platos de cuchara firmados por cocineros muy top. Vamos, que no tiene desperdicio.

El Marginal es otro espacio que nos ha conquistado por el empeño que ponen en elegir cada producto de forma muy especial, y por ser otro de los nuevos espacios dedicado a esas copas que tanto le gustan al eatandlover: las de vino.

Espero que te haya gustado nuestro flechazo de hoy. A nosotros nos ha enamorado.

Y con esto y un bizcocho, ¡me despido hasta la próxima!

 

 

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