HHay días en los que a uno se le antoja una comida informalona, con sabor a calle, regusto gamberro y un toque diferente. Una comida rica, sorprendente, divertida y, si puede ser, que no cueste demasiados euros, que con tanto sitio nuevo que visitar en Madrid, la tarjeta bancaria se ha puesto en huelga. Cuando todas estas circunstancias confluyen, nosotros lo tenemos claro: queremos street food. Te habíamos avisado: la cocina callejera arrasa (ya os hablamos de las mejores propuestas street food de Madrid aquí) y, para muestra, un botón. Hoy te recomendamos Buns & Bones, un resultón local en los bajos del revitalizado Mercado de Antón Martín (ojo a esta otra tendencia de recuperación de mercados municipales que viene pisando fuerte) especializado en buns -esos deliciosos bollitos chinos de pan al vapor rellenos de los que también os hemos hablado en Eat & Love– y bones –ricos platos de carne a la parrilla-.
Esto promete, y mucho: ¿te vienes?
Buns & Bones es un proyecto de Marco Martínez, el responsable de locales como Carbones 13 (uno de nuestros favoritos para perder el Norte bebiendo gintonics) o Matute, que ha contado con el asesoramiento de los chicos de Triciclo (uno de nuestros restaurantes preferidos). Situado en un antigua pescadería, el local no puede tener un aire más street: decorado en hormigón visto de forma muy sencilla, está completamente abierto a la calle. Desde la cocina vista al espacio abierto con mesas altas y taburetes, Buns & Bones se integra completamente en el ambiente callejero y de mercado de barrio que le rodea.
¿Y la carta? Corta, pero intensa. La estrella, como comentábamos, son los buns, que aquí encontrarás de mil tipos (de carne, de marisco, vegetales…): algunos más clásicos como el de pork belly, y otros súper originales y muy recomendables como el de cangrejo con padrones y romesco o gambón en tempura al ajillo japonés. Además, la oferta con los bones (huesos), platos de carne y marisco con un producto excelente (procedente del propio mercado) preparados de forma sencilla y sabrosa a la parrilla: encontrarás chuletón; churrasco marinado; pollo estilo tandoori; bogavante y costillas de cerdo con salsa barbacoa casera (apoteósicas). Y para los que no quieran ni buns ni bones, siepre hay alguna que otra opción de aires exóticos en carta, como edamame, metzes o verduras en tempura, además de ricos postres y cócteles. ¡Ah!, por cierto, también puedes disfrutar de Buns & Bones en tu casa gracias a Take Eat Easy.
¿Ganas de saber más? Te contamos nuestra experiencia plato a plato ; )
– Buns & Bones plato a plato –
Bun de gambón en tempura al ajillo japonés
Un bun estupendo. Como todos los demás, se prepara con masa al estilo baozi (el tipo de pan al vapor originario de Taiwan y que da esa forma característica de minipita). Éste va relleno de gambón tempurizado (con un rico toquecito crujiente del rebozado) acompañado de hierbas aromáticas y una cremosa salsa al ajillo ligeramente picante al estilo japonés ¡Rico, rico!
Bao de cangrejo, padrones y romesco
Quizás el bun más original que probamos. Lleva carne de cangrejo de concha blanda con pimientos de padrón tempurizados y un toque de sabrosa salsa romesco (tomate, ajo, frutos secos…). Estaba bueno, pero de los tres que probamos quizás fue el que tenía unos sabores menos definidos.
Bao de pato Pekín
Este bun es 100% chino: va relleno de la típica carne de pato laqueada aderezada con una viciosa e intensa salsa hoisin y acompañada de tiras de pepino y zanahoria. Un sabor conocido para fanáticos de la gastronomía china, como nosotros -y que por tanto no sorprende tanto-, pero que nunca falla: fue uno de los más aplaudidos de la comida.
Rollitos de Hanoi vegetales
Fuera de las secciones de buns y bones quisimos probar estos rollitos al estilo vietnamita, rellenos de vegetales y acompañados con hojas de lechuga y menta. Estaban ligeros, frescos y crujientes, pero no sorprenden demasiado si ya conoces este plato.
Costillar de cerdo con salda BBQ casera
Con este plato, sí que sí, tocamos el cielo. Lo mejor de nuestra comida sin ninguna duda. Uno de esos costillares con la carne perfectamente cocinada, jugosa y blandita, que se deshace en tu boca como mantequilla aderezado con una deliciosa salsa barbacoa elaborada de forma casera que se nos cae la baba sólo de recordar. La guarnición de patatas asadas bien preparadas, también un punto a favor. En definitiva: ¡imprescindible!
Y, con esto, nos despedimos por hoy (sí, lo confesamos, ¡esta vez comimos tanto que no nos quedó sitio para el postre! Si vosotros os animáis, podréis elegir entre mousse de chocolate o pannacota de té verde) hasta la semana que viene.
Con cariño,
Susana & Fabio
Un sitio encantador, sencillo, barato, poca comida a elegir (algo que para mi es una virtud no un inconveniente) y toda rica. El servicio es rápido y agradable, así que aunque no se puede reservar se puede esperar a que te toque mesa.
El bun de pato de pekín riquísimo.
Por poner un pero, la música estaba alta.
Gracias por compartir tus experiencias Cecilia!